Bad Captive | 1

Final - parte 2

Narrador omnisciente.

Nunca te preparas para lo inesperado, porque crees tener el mundo a tus pies y la realidad te golpea tan duro que te deja indefenso.

Eso se repetía cada una de las personas que tenían un pie en la mansión. Bruno, nunca se esperó que su amada esposa, aquella mujer que tenía en un pedestal y que consideraba incapaz de traicionarlo, lo había hecho y de la forma más fría posible. Aiden, sabía que por impulsividad al ir a rescatar a la ahora muerta hermana de Samantha, había cavado su propia tumba y lo peor de todo es que él estaba dispuesto a sacrificarse si eso liberaba a los que quería; se preguntaba si acaso Caín había fallado y todo se iría a la cañería. Grace, siempre creyó que iba a ser presa de las cadenas invisibles que se habían atado a su ser desde que conoció la verdadera personalidad de Bruno que se escondía bajo una mascara de lobo. Samantha, imaginaba que el amor y lealtad siempre lo resolverían todo, pero cuando es solo una persona quien ama dentro de una relación bilateral, es simplemente jodido. Su hermana estaba muerta, Bruno había dado la orden sin siquiera consultárselo y todo porque era un maldito enfermo obsesionado con su esposa. Se sentía traicionada por Aiden, porque ella lo estaba empezando a querer. Todos a su alrededor parecían odiarla, pero ella era consciente de que fueron sus acciones las que la tenían en esos momentos ahí.

Bueno... todos tenían algo que reflexionar.

Bruno se encontraba al frente de Aiden, su plato había sido servido al mismo tiempo en que trajeron la cabeza de Sahara, masticaba la comida con una tranquilidad enfermiza, pero por dentro sabía que estaba acabado, todo por lo que había trabajado, se desmoronaba como una galleta sumergida en leche. Ya no le importaba lo que sucediese consigo mismo, desde que su mujer, su traidora, estuviera bien. Eso era lo que él siempre había querido para ella, hacerla la mujer más feliz del planeta. Se había metido en esos negocios al principio porque el morbo y la curiosidad lo mataban, pero cuando llegaron los montones de billetes, fue cuando se dio cuenta que lo hacía feliz ver el sufrimiento ajeno menos el de los suyos.

Nunca lo logró, esto se lo demostraba.

Aiden no contenía su vomito, hace apenas unas horas había visto a esa mujer, estaba seguro que Caín iba a hacer su trabajo de la forma más rápida evitando una situación como esta pero se había equivocado, es decir, era uno de los mejores soldados, iba a ser casi que imposible que esta mujer muriese en manos de un canalla como Bruno. Si tan solo...

Pero, de repente, irrumpiendo en sus pensamientos la puerta se abrió abruptamente. Ambos hombres compartieron la curiosidad y voltearon a ver de quién se trataba.

- ¡Te voy a matar, hijo de puta! ¿Cómo pudiste matarla después de todo lo que he hecho por ti? - Una rabiosa Samantha tenía los ojos cristalinos, como si se fueran a romper en llanto en cualquier momento. - ¡Mataste a mi hermana, cuando juraste no hacerlo!

***

Momentos atrás.

Grace lanzaba desesperada cualquier cosa que veía en la habitación donde la habían encerrado. La ventana se le hacía atractiva y saltar de ella dándole fin a todo, parecía ser la única solución que se cruzaba por su mente. ¿Acaso las fuerzas públicas demorarían tanto? ¿Sería tarde cuando ellos llegaran?

Todo se había ido en picada. Maldita sea una vez más su vida, ahora iba a ser más dolorosa porque temía que aquel que una vez creyó fue el amor de su vida, asesinara a aquel que le confirmó que las almas gemelas sí existían y darían la vida la una por la otra. Sin embargo, no es un cuento de hadas donde la bella princesa se enamora del príncipe, rompe estigmas, cambia el mundo y vive feliz para siempre. Es una historia donde el bueno se convierte en villano, donde la princesa nunca es rescatada, no cambia el mundo, mucho menos rompe estigmas y cuando se da una segunda oportunidad para ser feliz con un nuevo amor, la vida parece demostrarle que la seguirá llevando a la miseria total.