*Capitulo 22*

8.6K 519 52
                                        

Sostengo la copa de chapan en mis dedos mientras intento calmar los nervios que se arremolinan en mi cuerpo por la emoción del momento.

Veo como Erick se encuentra a varios pasos míos, teniendo una platica amigable con uno de sus socios, el cual es uno de los tantos que se acercado hacia mi para felicitarme por el gran momento del compromiso.

- Annastasia - escucho como llaman mi nombre haciendo que gire mi rostro encontrándome con Verónica, quien también sostiene una copa mientras una sonrisa desfila en su rostro.

- Verónica - respondo lo mas amable posible.

- que bien se veían Erick y tu en la pista, nos contagiaron a todos su alegría.

- gracias, la verdad fue un buen momento.

- ni que lo digas, Erick debe estar muy feliz de que por fin ha cumplido uno de sus sueños - dice haciendo que la mire confundida - ya sabes, uno de los tantos que se ha planteado desde hace años - dice dando un paso hacia mi.

- ¿eso era uno de sus sueños? , ¿bailar conmigo?

- mas bien que aceptaras ser su prometida oficialmente, ya que, esta fiesta es como un pase directo a mostrar al mundo que esta a nada de conseguir lo que tanto desea - escucho sus palabras atentamente, distinguiendo como si quisiera darme a entender algo tras todo eso.

- si, bueno, yo hasta ahora me estoy sumergiendo en esto que siento por Erick.

- te comprendo, se que esto es nuevo, pero de seguro te familiarizaras muy rápido, después de todo ya pertenece a esta sociedad - de un momento choca su copa con la mía - pero te daré un consejo, ya que somos amigas... cuídate de los empresarios que te van rodear como buitres, no todos en esta fiesta son muy dichosos de la razón principal de esta.

Parpadeo un momento antes de ver como ella se gira para ir con Erick darle un beso en su mejilla y caminar hacia la pista de baile.

Eso fue raro, muy raro debo decir.

Bebo un poco de mi copa, antes de acercarme a Erick, sin olvidar saludar a su socio para luego decirle al oído.

- estaré en una de las mesas, me duelen un poco los pies - él asiente antes de darme un beso en la mejilla.

Camino rumbo a la primera mesa que veo desocupada, para sentarme y relajar un poco mis, admirando el mundo del cual es parte Erick, y dentro de unos meses, tal ves podría ser mío.

Es un poco raro ver como estoy empezando a aceptar esta situación, aunque no del todo, pero aun así, pensar en lo que mis padres me dijeron al principio, ya no me causa tanto enojo, y mas cuando mi prometido, es una persona que ha demostrado no merecer mi odio.

Sonrió con la felicidad en mi rostro al recordar sus palabras, cuando éramos el centro de atención, cuando nos dejábamos guiar el del otro.

- disculpe señorita - me llaman haciendo que distinga a un hombre de unos 20 años, alto, vestido de traje, uno que le queda muy bien, con ojos color café, y cabello del mismo tono.

- si

- ¿esta silla esta ocupada? - señala una al lado mío, yo niego - que bueno, ¿no le importa si le hago compañía?

- para nada - respondo antes de verlo como me dedica una sonrisa antes de sentarse y yo girar mi rostro hacia la pista.

Puedo sentir como por el tiempo que mi vista se centra en las personas bailando y charlando, él no despega su mirada de mi, causando cierta sensación un tanto tenebrosa en mi cuerpo.

- perdone pero, ¿quiere decirme algo? - pregunto al girarme hacia él, tomándolo desprevenido.

- no, no, solo... no quería incomodarla - se le escapa una risa nerviosa - yo... no pensé que alguna ves la vería.

PrometidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora