Mis labios se mueven lentamente al compás de los suyos, mis manos se hunden en su cabello, mis piernas se aferran mucho más a su cuerpo mientras nos dejamos guiar por este repentino calor que aumenta con cada jadeo brotado de mi boca.
Sus manos se aferran a mi cintura, sus dedos se mueven de arriba hacia abajo, consiguiendo que a pesar de mi ropa ser un obstáculo para el contacto directo piel con piel, aun así provoca varios suspiros al igual que corrientazos por todo mi cuerpo.
Mi boca se abre un poco tras un repentino mordisco en mi labio inferior, dándole la señal indicada para que su lengua, una bastante larga, llegue a encontrarse con la mío.
No puedo explicar las diferentes sensaciones que recorren mi cuerpo, unas que me tienen suspirando, apretándome cada mas a su cuerpo, unas que dejan mi cabeza nula cuando un repentina presencia comienza a sentirse bajo el agua, una que presión el interior de mi pierna derecha.
- diablos encanto, que bien sabes - suelta Nikolai al separarnos, no pudiendo ocultar ese tono ronco en su voz, una que provoca un estremecimiento en la piel de mi nuca.
Mis ojos conectan con los suyos, con ese mar azulado, ese color que brilla con el alumbrado que desprende la luna.
Una de las manos que estaba en mi cintura sube despacio hasta mi mejilla, permitiéndole que en todo el trayecto pueda tocar mi cuerpo, pueda hacerme temblar por completo.
- no sabes hace cuanto he querido probar está boquita - susurra con sus dedos delineando plenamente mis labios, pasando las yemas de estos por toda la zona - adentrar mi lengua y absorber todos los jadeos posibles que puedas darme.
No consigo detener la acción de humedecer mis labios, una que parece encantarle al ruso enfrente mío.
Las palabras no salen de mi boca, no cuando tengo mi atención puesta completamente enfrente mío, no cuando mi corazón late de una forma bastante extraña, una que pareciera que este se fuera a salir de mi pecho por las palabras de Nikolai.
Su mirada y la mía conecta de una forma que me pone a temblar aun estando entre sus brazos, más cerca que nunca a su cuerpo.
Comienzo a sentir su mismo aire al tener nuestras bocas a tan solo un centímetro de distancia, dándole la oportunidad perfecta para llevar nuevamente sus labios a los míos, centrándose en el inferior, uno en el cual chupa por unos segundos antes de dejar un mordisco en este, uno que causa un estremecimiento de mi parte.
Nunca pensé que podría estar a mitad de la noche, con mi cuerpo bastante pegado al de un ruso, uno que tiene mis labios hormigueando por estar a la expectación de volver a sentirlos suyos, de tener su lengua en mi boca, de hacerme sentir nuevamente.
- se que no he establecido bien mis cartas en la mesa, pero también se que he dejado algo claro mis intenciones desde el comienzo - comienza a soltar cada palabra mientras la palma de su mano derecha llega con mucha delicadeza justo a mi espalda - encanto, deseo todo lo que pueda obtener de ti y mucho más, se que pareciera esto muy apresurado, pero por mi parte en verdad he esperado bastante tiempo para tener este momento, uno que me pertenece.
- me iré a la universidad, y lo más probable es que estudie en otro país - espeto dejando claro al menos un punto clave en mi vida, en mi futuro, uno que no voy a cambiar, no cometeré los mismos errores de mi pasado.
- eso no me es importante, ten seguro que donde sea que vayas, ahí llegare - trago saliva.
- no me gustan los secretos, no quiero vivir rodeada de ellos nuevamente - sonríe.
- eso es perfecto porque a mi me encanta la sinceridad mas cuando se trata de una hermosa mujer que esta poniendo a prueba mi autocontrol justo en este momento - ahora la que sonríe soy yo.

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Prometida
Teen Fiction-¡ ya basta Annastasia!- dice mi mamá. -¡¿ que quieren que haga?, él se fue, no dijo el porque, solo se fue y ahora esperan que lo reciba con los brazos abiertos! - ¡ es tu hermano!- dice mi mamá furiosa. -¡ no lo es, mi hermano se murio el día que...