Dolor, unos suaves sonidos de pájaros cantando, mientras abro los ojos lentamente sintiendo los rayos del sol.
Puedo sentir un pequeño pitido en mi cabeza, mientras esta duele un poco.
Mis ojos al lograrse abrirse presentan una sensación rara a causa de lo mas seguro la hinchazón.
A mi cabeza van recuerdos de la noche anterior, de lo que paso, de lo que vi, senti, y no puedo evitar soltar una lagrima traicionera por un hombre, uno que de seguro debe estar con su estupenda "amiga"
¿Soy estúpida por dolerme esto?, ¿soy una patética al no superarlo?, ¿acaso ya perdí mi dignidad?
Me siento sobre la cama en la que me encuentro, detallando las suaves sabanas de este cuarto de invitados antes de revisar mi celular y descubrir varios mensajes, pero el mas importante en estos momentos es el de Priscila.
Priscila: Anni, ¿Cómo amaneces?
¿Aun tienes dolor de cabeza?, ¿te cubro en el instituto?
Sonrió al leer sus mensajes, al parecer si le importo a una persona.
Annastasia: estoy un poco mejor, gracias por preguntar
si me serviría que hables por mi en el colegio, no tengo ánimos de asistir.
Leo el mensaje mandado mientras agradezco estar ya finalizando el año, por lo cual las notas finales están prácticamente dadas, además de que en el equipo de porristas ya no me necesiten, después de todo, los campeonatos ya están finalizados, y los últimos no pude asistir.
Soy una pésima capitana.
Pronto el sonido de un toque en la puerta me hace abandonar mis pensamientos para luego escuchar una voz masculina conocida.
- Annastasia, ¿estas despierta? - habla Nikolai.
- si, me acabo de despertar.
- ¿puedo pasar? - al escuchar su pregunta, me toma varios segundos dar una respuesta en lo que intento acomodarme mejor en la cama y dar al menos una imagen presentable.
- claro, no hay problema.
Nikolai abre la puerta con cuidado, para luego permitirme observar como trae entre sus manos una bandeja con comida en ella.
Pego mi espalda hacia la cabecera de la cama, para así darle espacio en la cama para que pueda sentarse.
- te traje algo de comida, para el desayuno - miro la bandeja, quedando algo deslumbrada por los varios alimentos que se encuentran en este - no sabia muy bien de que podrías tener ganar de comer, así que preferí variar un poco.
- ¿tu lo cocinaste? - cuestiono mirándolo a su rostro.
- si, desde muy pequeño he tenido que aprender, además no me gusta mucho que me hagan mis comidas - sonrió.
- pues, te lo agradezco.
- no tienes porque, hacer el desayuno no es nada - niego.
- no lo digo solo por esto - trago saliva - anoche... yo, tuve un momento, y me ayudaste, de verdad te estoy muy agradecida.
- ¿alguna ves te había pasado eso? - arrugo las sabanas de la cama.
- no, no se en realidad que me paso, ni porque estaba en dicho estado, es que yo... sentía como si todo a mi alrededor se desmoronara, como si lo que tenia o creía que pertenecía no vale nada, que ni yo misma lo valgo - agacho mi rostro no pudiendo darle la cara al ruso.
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Prometida
Teen Fiction-¡ ya basta Annastasia!- dice mi mamá. -¡¿ que quieren que haga?, él se fue, no dijo el porque, solo se fue y ahora esperan que lo reciba con los brazos abiertos! - ¡ es tu hermano!- dice mi mamá furiosa. -¡ no lo es, mi hermano se murio el día que...