♔ EN EL AJEDREZ LA REINA PROTEGE AL REY ♔ CANCELADA

♔Capítulo 37♔

En todo aquel tiempo en que Ink se recuperaba de lo sucedido, Error cumplía con todo lo que su padre le pedía, lo hacía todo, a costa de que este no cumpliera la amenaza que anteriormente había hecho sobre su amado albino. Del cual tenía casi un mes sin verlo y el visto era lo único que Ink le plantaba en el chat, no contestaba a su número y escribirle era como si le hablarás a una pared.

Tenía más que claro que Ink no quería saber nada de él después de ocultarle la verdad de esa manera. Tras los días pasar se fue rindiendo con intentar comunicarse y simplemente trata de protegerlo de su padre en silencio, mientras cumple con sus órdenes, realiza sus deberes e intenta cortejar a Blueberry tratando de convivir tiempo con él, pero tras el suceso, el encuentro entre los prometidos no es más que momentos incomodos y silencios eternos. Donde Blue había comenzado a inventar escusas para evitar estar cerca de Error.

El príncipe azulado había perdido el amor que consiguió tras enamorarse del azabache, al darse cuenta de que él era el plato sobrante y el único que estaba arruinando el destino sellado de Error con aquel chico, simplemente se sintió decepcionado de si mismo. Comenzando a sentirse incomodo al ver que Error solo lo cortejaba por obligación y nada más.

Las escusas fue su método para escapar del azabache y así poder convivir solo con el mismo o pasar pequeños momentos junto a Dust. Admitía que le agradaba bastante aquel chico, pero su comportamiento había cambiado, pues, notaba como Dust miraba a su alrededor varias veces y las conversaciones que tenía eran bastantes cortas ante de que se alejará rápido de él, era como si tuviera miedo de estar cerca del pequeño príncipe; como si estar junto a él fuera algo prohibido y era algo de lo que Blueberry no encontraba explicación.

Una noche en la que Blueberry paseaba por los pasillos admirando las pinturas por quincuagésima vez, escuchó algunas voces muy cercanas de donde se encontraba, hablaban algo fuerte, por cómo se escuchaba parecía ser una discusión. Blue se lo encontró algo raro, pues, era demasiado tarde para tener esas clases de conversaciones a dicha hora, ya que, podrían despertar incluso al rey ante tales ruidos.

Se acerco con cuidado hacia la habitación donde provenían las voces y de camino al lugar reconoció una de las voces, era Dust y por el tono de voz parecía estar muy enojado. Al llegar, Blue observo por el pequeño hueco abierto que tenía la puerta como aquel chico pálido, bien vestido de cabello algo desaliñado hablaba con furia hacia una sirvienta. Se escuchaba como la acusaba de algo y la reprochaba por ello mientras que la insultaba, algo que a Blue le sorprendió bastante, ya que, ante sus ojos Dust era un ángel, carismático, bien educado que sabía vestirse y poseía una voz muy dulce y sensual, pero ante los ojos de la sirvienta podría decirse que era un monstruo.

Solo se dispuso a escuchar lo que decían, nunca admitiría de que el chisme le gustaba, pero tampoco iría a interrumpir un tema que no lo relaciona. Simplemente se quedó allí manteniendo la guardia alta por si tenía que escapar y esconderse mientras los escuchaba.

-eres todo un dramático ni que fuera la gran cosa, como si eso te arruinará la vida, ¡oh! Cierto que ya la tienes arruinada -Expreso aquella sirvienta con veneno en sus palabras.

-Escúchame bien maldita, vuelve abrir tus labios y yo me asegurare de descontarte los dientes uno por uno- expreso amenazante Dust.

Suelta una risita malvada- entonces aléjate de él, es un príncipe de la mejor clase y tu una simple escoria a quien el rey embargo, deberías sentirte agradecido de que te diera otra oportunidad-

-nunca me sentiré agradecido de nada que venga de parte de él, porque todo es su culpa-

-dijo la escoria resentida- rio la sirvienta. Dust la miraba con odio y el sentir como su risa hacía eco dentro de su cabeza lo llenaba cada vez más de ese sentimiento de desprecio, apretó sus puños y sus ojos parecían brillar un poco. Entre la mezcla de su risa y escucha la voz de su hermano en su cabeza animándolo a callarla, no se contuvo más, levanto su mano, agarro el cuello de la sirvienta, apretó tan fuerte que pudo callarla y quitarle el aire, comenzando a asfixiarla.