♔Capítulo 39♔

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Los días transcurrieron y como era de esperarse las sirvientas se preocuparon por la ausencia de su compañera, tras una investigación discreta junto a la familia no se encontró pista de lo que le ocurrió. A simple vista parecía ser que se marchó, pero ¿quién se va sin sus pertenencias? El caso era extraño, miles de teoría se crearon, algunas con lógicas otras no tantos, terminando de cerrarse el caso por falta de pruebas.

Acabado aquel suceso, Días posteriores la presencia del hijo primogénito y ahora reina de la rosa negra se destacó en el reino de la rosa roja, al llegar a su antiguo hogar en el castillo. Las sirvientas se movían de un lado a otro, mientras le ofrecía las mejores comodidades por órdenes de su madre. Geno se sentía complacido ante tanta atención, pero no estaba allí para recibir mimos o halagos por parte del personal o su madre, ya que para eso tenia a Reaper, aunque nunca lo admitirán, al menos no en voz alta. Tampoco se encontraba allí para reclamarle a su padre por los contratos hechos con descaro que este realizaba a los reinos para quitarle alguna de sus pertenencias. Esta vez, estaba allí solo por su hermano.

Después de acomodarse en su antigua habitación, colocarse una ropa más ligera y enviarles mensajes con poco aprecio amoroso hacia su pareja, se dispuso a salir de esas cuatro paredes en busca de su hermano.

Caminando por los pasillos, observando los cuadros y decoraciones del lugar, se llenó de nostalgia. Una sonrisa apareció en su rostro y con las yemas de sus dedos acaricio algunas de las paredes. Los recuerdos irrumpían en su mente y sus ganas de querer correr por allí como el niño que alguna vez fue, lo invadía. Paseándose por los corredores se encontró con Dust, a quien saludo, luego con Blueberry, quien no sabía nada del paradero de su prometido y por último a su hermanito menor Fresh, a quien sin dudar le dio un fuerte abrazo.

Ningún de los presentes le supo decir sobre el paradero de su hermano Error. Bueno, su presencia siempre fue mínima en el lugar, pero pensó que ahora que tenía un cargo y un matrimonio próximo (que no aprobaba) tendría más presencia en el castillo, pero se equivocó.

Busco en los lugares donde él recordaba que podía encontrarlo, pero todo fue un fracaso. Suspiró y decidió ir a su rincón feliz, la biblioteca. Sorpresa la que se llevó al ver una pila de libro y junto detrás de ellos se encontró a quien tanto rato estuvo buscando, Error.

Necesitaba que alguien lo pellizcara ante lo que veían sus ojos, Error, el niño molestoso que odiaba el silencio y la tranquilidad de la biblioteca, además de que encima llevaba sus lentes puestos, ahora se encontraba allí con la cabeza metida entre los libros, aquello parecía solo un sueño ante la presencia del hermano mayor.

-vaya, de todos los lugares, este era el menos indicado que pensé que podría encontrarte- no recibió repuesta de parte de su hermano menor- bueno admito que este lugar es reconfortante -expreso viendo como la biblioteca no había cambiado nada, las secciones de libros estaban exactamente iguales a como la había dejo ante de marcharse- silencio y paz en un solo lugar...-suspiró- si...- se giró y observo a su hermano- ¿no crees? -

-solo tu voz lo está arruinando-

-siempre tan grosero- se acercó y se sentó en el borde de la mesa- veo que no has cambiado, hermanito-

- ¿ya no soportas a tu esposo que estas de vuelta por aquí? – Expreso sin despegar su vista del libro.

-pues déjame sorprenderte informándote de que Reaper se a estado portando bien estos últimos días, incluso más de lo que yo realmente me esperaba - Expreso percatándose de ese detalle, pero solo se relajó y dejo escapar una risita de sus labios al recordar lo tonto y adorable que suele ser su esposo.

♔ EN EL AJEDREZ LA REINA PROTEGE AL REY ♔  CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora