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Las presentaciones se redujeron a decir nuestros nombres en voz alta empezando por nuestros anfitriones a excepción de Tadeo que dormía una borrachera abrasado a una botella vacía, despatarrado sobre una lona en un rincón.

Lili nos ofreció una especie de estofado que olía muy mal, pero "cuando hay hambre no hay pan duro" rezaba el dicho, y estaba tibio, así que comimos sin preguntar con desesperación y sin emitir palabra. Los ronquidos de su hermano rompían el silencio, mientras ella y Julio nos dejaban a solas seguramente para seguir lo que interrumpimos allá afuera. Me saqué la mochila de los hombros y fue como soltar un muerto, busqué en el bolsillo de rejilla mi botella y tome la mitad del agua que me quedaba y con un gesto les ofrecí el resto a los demás; como ninguno atinó a tomarla solo la dejé en el centro del improvisado círculo en el que nos sentamos.

Más tarde saqué mi diario y el bolígrafo, revisé la cantidad de tinta que escaseaba y me dispuse a describir este día, era digno de ser escrito. Pero se me nubló la vista y los primeros renglones quedaron ilegibles; a pesar de que la luz era escasa no fue el motivo por el que dejé de escribir... las lágrimas se volvieron incontenibles, el cansancio, el sueño, el dolor de espalda, los recuerdos, todo se hizo incontenible y lloré, lloré con el silencio de quien no quiere ser descubierto pero no puede contener la respiración entrecortada y la congestión. Miré alrededor y me sentí culpable de desatar la epidemia de lágrimas, y mientras ambas parejas se abrasaban en un intento inútil de consuelo mutuo me aferré a mi bolígrafo y con la mano todavía en el aire quise releer lo que había escrito, parecían jeroglíficos, así que separé el desastre con un espacio en blanco:

"En algún lugar, a mediados de 2022

No recuerdo cuanto hace que no ves más que el desastre de tu cárcel de lonilla, pero este milagro te dará la certeza de que algo interesante ha pasado hoy... No... no tan interesante, no encontramos civilización, o bueno, si... Hay tres personas increíblemente más vivas de lo que la situación nos tiene acostumbrados. Cenamos y estamos bajo techo. No puedo darte muchos detalles, la comida no es precisamente un manjar, pero es lo mejor que probé en semanas y por esta noche creo que la tranquilidad va a ser excepcional, y aunque todavía no se cómo vamos a dormir el espacio parece suficiente..."

Lili y Julio entraron con una estruendosa e inexplicable alegría.

-Si están listos acomódense para dormir donde encuentren lugar. Nosotros dormimos allí.-Dijo ella señalando el rincón opuesto al que dormía Tadeo, quien soñaba balbuceando como si insultara a alguien.

Elena se levantó del piso y con un llanto ahogado abrazó a nuestra anfitriona:

-Gracias, no hay manera de agradecerte lo que haces por nosotros, no me alcanzan las palabras.- Lili se congeló con los brazos abiertos una fracción de segundo con expresión perpleja y clavó la mirada en Claudio sin saber cómo reaccionar.

-Bueno, bueno...- respondió- no es necesario tanto agradecimiento.- Y ya cediendo al abrazo que la agarró desprevenida en un primer momento,- hoy por ti, mañana por mí.- Concluyó.

Claudio se levantó y la liberó de la incomodidad, acariciando el cabello de Elena con la intención de que cambiara el hombro de Lili por el refugio que le proveía su pecho y así se quedaron unos minutos entre suspiros y lágrimas, que aproveché para guardar mi diario y sacar lo que alguna vez fue mi campera de la mochila, tenía más tajos y relleno apelmazado afuera, que dentro del forro, pero me servía para no dormir en el suelo ceniciento y frío. Me sequé las lágrimas y busqué con la mirada un rincón para dormir... sabía que iba a dormir, porque cuando las tristezas son así de grandes lo mejor es dormir.

Diego ya dormía, no tuvo que moverse mucho; en el mismo lugar en el que estuvo sentado durante la comida, había apoyado la espalda sobre la improvisada pared de chapa, estiró las piernas para que Yess con una lágrima secándose en su cara las usara de almohada.

Voy a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora