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"Casa de Petra, 5 de diciembre

Querido diario:

Llegué a la ciudad. Me siento algo extraña durmiendo en una habitación limpia y un algo culpable de que mis amigos no puedan estar aquí. Es lunes; en unas horas empezaré a trabajar, pero este fin de semana ha sido un caos... un hermoso caos: Petra me presentó a su familia: El señor Michael y el pequeño Mike de 9 años, a Giordana, la mucama y el señor de mantenimiento que aún no recuerdo su nombre; ya te contaré más tarde.

Ellos son buenos, me recibieron muy bien, querido diario, ¡estoy feliz! Pero es la 1:48 a.m. y debo dormir; el día empieza a las 6:00 a.m."

El reloj despertador sonó 5:30 hs. La ducha fue rápida, el uniforme limpio, ordenar mi cama, recoger mis cosas... "La felicidad está dejando de ser una utopía. Tengo que hacerlo bien, voy a hacerlo bien."

Giordana ya estaba en la cocina, me ofreció café:

-Tienes que preparar la ropa para Mike y despertarlo 6:45. Yo me encargo del desayuno. El señor te llevará con el niño a la escuela hasta que sepas el camino. Luego tendrás tiempo libre.

-Bueno, gracias. –Respondí.

El desayuno transcurrió en silencio y a las 6:45 desperté al niño. Desayunó con su padre parloteando sin obtener la atención del señor que atendía asuntos en su laptop.

7.45 salimos en el auto hacia la escuela. El señor Michael me presentó con la maestra del pequeño como su nueva niñera y ella me explicó la rutina y horarios. Me despedí de Mike que me sorprendió con un tierno abrazo y de vuelta en el auto el señor me ofreció llevarme donde quisiera, ya que tenía al menos cuatro horas libres.

-Quisiera estar en la casa señor. No conozco la ciudad y no quiero perderme.

-Eres muy prudente. –Me dijo. –Está bien. Ya veremos en tu día libre si puedo servirte de guía turístico. Por lo pronto pondré un servicio a tu disposición para llevar a Mike a la escuela.

-Gracias señor.

-Eres callada, además. –Observó. –Puedes confiar, querida. Dime cualquier inquietud que tengas, ¿de acuerdo?

-Sí señor.

"Callada yo... si claro. ¿Mi día libre? ¡Recién empiezo a trabajar! Ni siquiera he trabajado aún, ya me está prometiendo un día libre ¿Qué podría hacer yo en mi día libre? Aún no sé qué haré al volver a la casa..."

-Debo seguir. Traeré a Mike de la escuela hoy. –Dijo al llegar a la entrada.

-De acuerdo.

Entré y fui directamente a la cocina a ofrecer ayuda a Giordana, pero no quiso.

-Pues, entonces te haré compañía, si me permites. –Le dije.

-Está bien. –Respondió. –Cuéntame de tus amigos y tu viaje.

-Es una historia larga... –Dije.

-Tenemos unas cuatro horas. ¿Crees que será suficiente?

Las dos nos reímos.

-No...

Le conté todo desde el principio, de mi vida anterior, de mis amigos... de lo triste que era extrañarlos; yo no recordaba haber pasado un día entero sin ellos desde que nos conocimos. Le conté de Rubén y Laureano y lloré un poco.

En el transcurso de la mañana sin darse cuenta me fue permitiendo ayudarla en los quehaceres mientras escuchaba mi historia. Sequé los platos, lustré unos muebles; ordené el cuarto de Mike y aspiré el living.

Voy a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora