Me buscas y rebasas, me jalas, jadeas, me llevas a rastras. Me sabes como sabe la boca después de un mal café. Te veo como se ve a la luna luego de mirar tanto mis piés. Te toco como se toca a una dama luego de un més. Y te reconozco toda palpable, dorada, libre, voráz, desnuda y de mimbre... te reconozco al azar, mal y también temible. Estás como quien se queda quieto. Estás de vidrio, de cabelllos, soleada y también legible. Estás como quien es de luna, de hierro. Anhelo sin cordura como caminas, como corres y no corres, como te estampas, como secas mares y tumbas cada torre. No, yo no te amo, yo te necesito, te quiero, pienso, leo, pero no te amo, o quizás a veces, o no sé, amanece y te amo... anochece, pereces y entonces sí, te amo, o no sé, amanece y te amo. Me aprisionas y presionas, me destruyes y me marcho. Te huelo en el cielo que huele a abejas sin miel, sin ti. Rastreo tus dedos y poros sin piel, si mí. Fúnebres olvidos sin sabor a palo en cada hoja, sin el doloroso sonido a gritos y sollozos en mis renglones. Lúgubre y triste siempre, negativa y sin fin, sin siquiera un por fin en cigarros de humo nuevo, en las llantas de los autos, en pájaros, hierros, hojas, rejas o sí, así, te busco y encuentro pero te vas y no vuelves... vuelves y te amo o te quiero, te necesito y entonces sí, te amo, o no sé, amanece, amaneces, oscureces, resucitas, vives y luego me limitas y sigues así, sigue así... amanece, amaneces y te amo.
ESTÁS LEYENDO
Musa, beso y teclas.
PoetryRecopilación de una serie de poemas de verso libre inspirados en la locura y calma de ella, en su ser, en ella misma, en su cielo y en su averno.