Yo te escribo y todo sigue igual,
yo te escribo y tú me miras,
me duermo y sigue igual.
Me quedo gustoso,
con regusto a café y a tu espalda,
a tus ojos.
Me despierto despacio y es otro día,
otro día con más o poco,
y también un poco más...
más solo.
Yo te leo y me ves pasar,
yo te leo y no haces más
que tardar,
te leo y así vienes,
así vas.
Raro pero vivo, vivo de ti,
de recuerdos, besos, abrazos, balas, tulipanes... todo, y no sé si ya lo dije,
pero yo vivo de ti.
No sé si por mi mueras,
pero yo vivo por ti.
Yo te bebo pero ya no trago más,
yo te bebo y sin azúcar,
te bebo mucho, y a veces, demás.
Me pierdo en el tiempo,
en estas horas,
en lo cierto,
cuando son las dos y treinta a.m., cuando tu silueta, seca, como desierto,
golpea a mis días
con la fuerza de cientos...
tristes vivencias de un jovencito
que se cree eterno.
Yo te amo como quien ama al mar,
yo te amo y con firmeza,
te amo sin peros, sin amar.
Lejana e imposible, así me observas,
así me extrañas.
Legíble en mis memorias, amada, así me condenas... y me amarras.
Giras y me embriagas, nada tosca,
nada santa,
con tu alúd de libre y loca, con todo eso, tú... tardas.

ESTÁS LEYENDO
Musa, beso y teclas.
PoetryRecopilación de una serie de poemas de verso libre inspirados en la locura y calma de ella, en su ser, en ella misma, en su cielo y en su averno.