Musa, beso y teclas.

Lunas.

Lunas, lunas. ¿Dónde están mis lunas, cielo? Lunas, lunas. Estoy mal, no triste, mal. En tus ojos, mal es sinónimo de viejo, y viejo... viejos son tus labios, viejos son mis latidos y vieja es esta luna, mi luna. Lunas, lunas. Quiero a mis lunas, cielo. Lunas, lunas. Y si bien persigo tus deseos, ya las malignas fieras están impacientes, ya el sol deja de brillar con su color y ya el otoño seca las hojas y sentimientos. Lunas, lunas. Necesito a mis lunas, cielo. Lunas, lunas. Es que no sé si miento. Es que muero y pienso tras lamentos que quizás sean ciertos, tal vez ahora solo pierdo. Lunas, lunas. ¿Y mis trozos de luna, cielo? Lunas, lunas. De otras pieles no me arrepiento. Me arrepiento de almas que jamás besé, sé también que pereceré, desearé que todo acabe. Veré, que después de tener, más fácil se hace caer. Lunas, lunas. Dame mis jodidas lunas, cielo. Lunas, lunas. ¿A qué vine si no te tengo? Estoy sufriendo cada día, tengo tu sabor bajo mi lengua y tu adiós bajo mis piés, tengo tu silueta entre mis ojos y tus caricias bajo piel, recuerdo tus dilemas y tus gritos sabor miel. Lunas, lunas. Por favor no entierrres mi luna, cielo. Lunas, lunas. No me gustan las bocas carmesí. Odio que siempre estés vagando por ahí... entre penumbras tontas y manos en las qué redimir, mientras yo... yo me hago el idiota y digo que núnca te merecí. Lunas, lunas. ¿Acaso ya murió mi luna, cielo? Lunas, lunas. Te bajo estrellas y te susurro el silencio, ya no tengo más tierras que ella y solo a ella la pienso. Siento, aunque no sea desde adentro, el dolor y el aliento de lo que parece un cuervo, aunque tal vez no sea cierto, tal vez solo esté soñando despierto. Lunas, lunas. Devuélveme mis malditas lunas, cielo. Lunas, lunas.