El sol traspasa con sus rayos y sus dedos, y me toca, te susurra y te siento, te tanteo cada tarde en la que no estás. Nos vemos desde lejos en el cielo o en el suelo, pensándonos poco a poco a ver quién le sucede a quién y yo me confundo, es que aquí siempre pierdo yo porque tú eres mi suceso, siempre, porque tú eres una tarde mal dormida, o una mañana y su delirio de hacerse noche... tú siempre me estás pasando como un beso de madrugada. Tú me anocheces. Te duermes y ahí estoy yo, queriendo no dormirme para ver mi más hermoso sueño. Y torpe y bruto me alejo de tus poros, todos dulces y de repente solos, yo los quiero, amor, yo te quiero, yo soy tu loco. Aquí te quiero, en menguante o nueva; aquí te quiero, como nube o viento, y que me lluevas y mojes estos labios que en algún momento reflejaron plenitud y calma, querida, es que te extraño. Sin ti, estas letras y papeles ya no tienen vida. Atardeces en mis hombros y tu piel irradia exacto amor, sin gastarse. Tu sombra va en llamas por ahí siendo el faro de este extraviado navegante, porque así eres tú, brillante, una nota que llega lejos de casa y un anochecer con más amor que estrellas.
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Musa, beso y teclas.
PoesíaRecopilación de una serie de poemas de verso libre inspirados en la locura y calma de ella, en su ser, en ella misma, en su cielo y en su averno.
