Me haces tanto bien. Tu espalda y tu ser me hacen ser quien temería perderte. Amo lo que eres y a lo que te desvives por amar. Amo tu risa y tu hermoso caminar. Tu bella piel y a tus delirantes ojos. Me vuelve loco tu sabor y el dolor de tu ausencia, de tu olvido. La vida... la vida hermosa que hay en tus caricias, me estremece. La marea lírica y poética que baja desde tus labios hasta tu abdomen, es hermosa. Tan hermosos tus sueños y el color luna de mi amor por ti. Juro que a nadie preferí así. Estás tocando fondo con ese benigno frenesí de dulzura pura y celestial amor que hay en tus besos. Hablo de eso que me une y mata en honor a ti. Eres este horizonte hermoso en el que me quiero llenar de atardeceres e historias de placeres viejos... el del café, el placer obseno del tabaco o la ironía pura de la realidad que aún me queda por vivir. Eres mi más adictivo, elocuente y al mismo tiempo loco placer. Eres mi astro y mi profético desgarro de una vida sin sentido pero, te amo. Te amo para mal o para bien, más bien por necesidad o por obsesión, no lo sé, quizás seas mi sueño o mi hermosa realidad. Preferí tu fantasiosa presencia antes que la estúpida monotonía de mis días mojados todos con lógica. Preferí lanzarme al vacío por tu amor y recogerte estrellas en picada, llevarte constelaciones, galaxias y besos envueltos en mis remolinos de exacto querer. Te quiero entre los arrebatos de mis letras y en la tristeza de mis puntos. Estaré por siempre y ese siempre, siempre ha sido del tamaño de el tiempo que me agobia... temo o amo decirte que ha sido eterno. Lucho por la ligera esencia de los golpes de esta brisa con piezas de tu aroma, esa insistente vainilla ha llegado a los escondridijos más puros de mi alma y ha clamado muchas veces tu nombre. Sé perfectamente que me lees, y como me lees, léeme cuando te bese, te aseguro que las letras en tu ser suelen escurrirse entonces en mis ojos.
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Musa, beso y teclas.
PoetryRecopilación de una serie de poemas de verso libre inspirados en la locura y calma de ella, en su ser, en ella misma, en su cielo y en su averno.