ALMA (2)

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-Alma, ¿cómo qué mentiste? -Samara se sienta en el suelo del baño a mi lado. Más tarde se sienta Addison a mi otro lado.

-¿Por qué lo hiciste? -Melody interviene.

-No quiero hablar del tema, solo quiero que lo sepáis -digo avergonzada.

-¿Tus padres lo saben? -pregunta Melody de improvisto.

-No, pero no les digáis nada.

-Alma tienes que contarles la verdad. No puedes huir siempre de tu pasado -parece muy fácil decirlo, pero nadie se ha puesto en mi lugar bajo ningún concepto. No niego que tienen razón siempre huyo de mis problemas, siempre espero a que sea el mejor momento, pero al parecer nunca lo es y eso es lo que me hace huir, huir de mis errores.

-¿Por qué no quisiste decírnoslo antes? -Samara me mira preocupada. ¿Se están dando cuenta de qué son las primeras a las que se lo he contado?

-No me veía capaz. Es que todo ocurrió...

-¡Ahí están! -las cuatro giramos la cabeza hacia la puerta del servicio donde permanece Abril de pie junto con la directora.

-¿Qué es lo que pasa? -pregunte indignada.

-Alma, estás expulsada -la voz Abril al escuchar eso me descompuso.

-¿Porqué? No he hecho nada -digo mientras me defiendo.

-Vente a mi despacho ahora mismo -me ordena seriamente la directora.

-De acuerdo -accedo sin negarme.

Mis amigas me miran desconcertadas, solo camino hacia delante sin girar el cuello en ningún momento. ¿Abril haciéndome la vida imposible de nuevo? No me extraña.

Todos los demás estudiantes se percatan de lo que está ocurriendo cuando estamos cruzando el pasillo para poder llegar al despacho. Esto tiene algo que ver con esos tres: Ronnie, Abril y Laia ¿Un plan, para verme mal? Probablemente.

Entramos en el despacho. A Abril no se le ha cambiado la cara de maligna desde que entró en los servicios.

-Chicas sentaros, vamos a resolver esto.

-¿Me puedes explicar lo que ha pasado Directora Allen? -pregunto con educación.

-Abril, me ha dicho que le has arañado el coche. Quiero saber porqué lo has hecho -me quedo desorientada de la situación. ¿Enserio?

-No, yo no he arañado ningún coche. Soy incapaz de hacer algo así, y aparte... ¿Porque lo iba a hacer? -mi indignación crece cada vez más. ¿Me toman por débil?

-Por vengaza, cariño. Solo piensas en eso, como lo que ha ocurrido en el gimnasio -dice tocándose el pelo delicadamente.

-A ver, que te quede claro, yo no he sido la que te ha arañado el coche, ¿vale? Y no tiene pruebas para saberlo. Siempre tu solución es echarle la culpa a alguien y que se las apañen ¿no? Pues eso no va conmigo -suelo ser muy espontánea a veces, pero estas situaciones me desquician.

-Tranquila, tranquila. No me mates como hiciste con tu hermana.

Sus palabras me afectan. Quiero levantarme de la silla en la que estoy sentada por algo que no he hecho, pero no lo hago y me guardo mi rabia.

-Tan patética como siempre. ¡Qué te alejarás de mí no es mi culpa! Madura, Abril. Ya es hora de que des ese paso -sigo defendiendome. La directora mira atentamente la situación, pero no habla.

-¡Tu hermana era una drogadicta! ¿Por qué crees que se fue a esa fiesta? ¿Para divertirse? ¡Que ilusa eres Alma!

-¡¡¡Mi hermana no era una drogadicta, te lo puedo asegurar!!! -me levanto de la silla. Ya no quiero estar ahí. Demasiado tiempo he aguantado.

Prometo OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora