ALMA (7)

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Quiero encerrarme en una habitación y no volver a salir hasta dentro de varias horas. No me puedo creer lo que está ocurriendo. ¿Mis padres se van a divorciar? Decido olvidar el tema.

Llamo a la puerta. Mi abuela Maite llega al pomo de la puerta y la abre tranquilamente hasta que se da cuenta de mi presencia. Creo que ella no está al tanto de lo que ocurre, pero es mejor dejarlo estar. 

-Hola, ¡qué sorpresa! ¿Qué haces aquí? -me pregunta sin saber que responderle.

-Hola, abuela. No tengo ganas de estar en mi casa. Últimamente, no es que esté todo en orden.

-Entra. ¿Quieres contarme? -quiero desahogarme con ella. Quiero hablarlo, pero no quiero que se entere por mí. No quiero hacerla sufrir. Mi padre es muy protector y a partir de ahora las cosas van a cambiar mucho. Lo veo venir.

-¿Tus padres te dejan estar aquí? –dice ella mientras prepara algo de comer que no puedo descifrar. 

-Me da básicamente igual lo que piensen ellos –sueno decidida. 

-¿Qué es lo que te ha pasado? –se acerca a mí y pone su mano derecha sobre la mía. 

-Mis padres llevan meses mintiéndome  y ocultándome cosas. Cosas que yo ya sabía. –sollozo.

-Te has enterado del divorcio, ¿verdad? -añade mi abuela y me sorprendo al saber que está al tanto de todo. 

-Por una parte es que ya me lo veía venir, pero por la otra me siento como si hubiera vivido una mentira –le respondo siendo totalmente sincera. 

-Tú madre me dijo lo del divorcio hace poco, pero tienes que entender que todo no dura para siempre. Tus padres no estaban ni están bien y creeme que es mejor así -sin evitarlo miro una foto que está en una estantería de libros al lado de la radio. 

-¿Quién es? -pregunto por curiosidad acercándome hasta la repisa y cogiendo esa foto de un hombre con mis manos. 

-Es tu abuelo -admite mi abuela.

-¿Qué le pasó? Nunca le llegué a conocer -le observo muy bien y me llego a emocionar un poco. Es un tema delicado y no quiero hacer demasiadas preguntas, pero nunca me han hablado de él.

-Murió en la guerra militar -dice mi abuela quitándome la fotografía que sostengo y dejándola donde estaba situada segundos antes. Llega a la cocina a seguir preparando la comida que ha dejado a medias para que se calentara en la olla. 

–¿Quieres comer ya?  

-Sí

 ∞

-Oye, tu madre me dijo que tienes novio. ¿Qué tal? -me quedo confundida e incómoda. 

-Me dejó ayer -me río por lo patético que fue todo. 

-Lo siento, no sabía nada.

-No, no te preocupes. Es un gilipollas -admito y veo como intenta contener la risa.

-Bueno ya encontrarás a alguien mejor. Ya verás… -creo en sus palabras y creo en ella.

-Una cosa, abuela -cambio de tema

-Dime, cariño.

-¿Me puedes explicar porqué es tan importante el collar del infinito para la familia? Recuerdo que Daphne me lo explicó, pero no me acuerdo bien de sus palabras.

-El collar me lo regaló mi abuela a mí. Lleva muchos años en la familia y es una pieza muy valiosa. La gente lo puede vender y ganar una fortuna con eso. Si no recuerdo mal, tu hermana te regaló el collar -hizo una pausa-, pero ¿porque no lo llevas puesto? -me dice preocupada. 

No quiero mentirle a ella, pero si le digo la verdad no sé lo va a tomar nada bien.

-Mi madre me lo guardó en un cajón junto con las cosas de Daphne para que no me pusiera triste.

-Menos mal que lo sigues teniendo. Si lo llegas a perder te dará mala suerte hasta que no la vuelvas a encontrar. 

Dude. ¿Más mala suerte de la que ya tengo? 

Continuo comiendo y no digo nada más sobre el tema.

Prometo OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora