LIAM (19)

29 12 19
                                    

Veo a mi novia saliendo de mi casa en la cual mi madre le ha echado. Todo por culpa de Julen.

Mi madre sale de mi habitación, pero antes me dice:

-Aléjate de ella. No me cae bien.

Yo sorprendo.

-¡Tú quieres volver con un prisionero! No sé qué es lo peor.

-¡Ha acusado a tu primo por vender droga! Está claro que esa chica no está bien.

-Yo le creo. Y no es mi primo. Es el hermanastro de Sophie, no tiene mi misma sangre afortunadamente.

-Estás cambiando Liam. No quiero que tu personalidad cambie por ella.

-Si mi personalidad cambia, será para bien. Pero tú no tienes el derecho de obligarme a separarme de la persona a la que quiero.

-De acuerdo.

-¡Por cierto! No me dijiste si tuviste algo que ver con el secuestro de Alma -mi madre me mira nerviosa y confusa-. Sé como eres y estoy seguro de que planeaste algo para...

-¡Ves! A esto me refiero. Desconfías de mí. De tu madre. Y crees a una chica que la llevas conociendo desde hace meses.

-Te equivocas. Dejé de confiar en ti desde que me empezaste a mentir. Y por cierto averigüe quién es -retrocedo-. Me alegra saber que sigues hablando con papá -ironizo.

-Liam yo... pensaba decírtelo.

-Mentira, mentira y mentira.

Julen se ríe.

-¡Tú no tienes el derecho de estar aquí!

-¡Liam! -mi madre interviene.

-¿Qué? ¡Es verdad! Al menos yo soy sincero y no miento.

Me toco el pelo mientras me tiro en la cama esperando a que se vayan.

Nadie se va.

-¿Qué es lo que pasa ahora?

-Pídele disculpas.

-¿Perdona? ¿Disculpas de qué?

-Por decirle eso.

-He dicho la verdad algo que en tus propios labios no escucho. Él no pinta nada aquí y se lo estoy diciendo en la cara. ¡Le vende drogas al padre de mi novia!

Julen se vuelve a reír.

-Lo siento, por la actitud de mi hijo. Ven puedes llevarte su moto para dar un paseo.

¿Qué? ¿Mi moto? No, no ni en sueños.

-¡Mi moto ni se te ocurra tocarla!

-Liam aprende la lección. Te comportas como debes o te vas de aquí.

-Gracias por ofrecerme irme. Me iré con mucho gusto.

-Mala suerte que aún seas menor de edad -me vacila mi madre y eso me detiene.

-Me queda poco para cumplir los dieciocho, pero tranquila tendrás que soportarme durante muchos años todavía. Ahora con tu permiso me voy.

Una voz a mis espaldas salta a la defensiva.

-Liam, voy contigo a dar una vuelta.

Sophie me mira sonriente esperando que yo le diga algo.

-Sí, claro.

-¿Enserio vas a dejar que el drogadicto de mi hermano conduzca tu moto?

-¿Tengo otro remedio?

-Sí. Plantarle cara.

Prometo OlvidarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora