Un Amor a Prueba de Todo

559 63 36
                                    

Cuando Dios da una dirección es inamovible, simplemente no hay poder humano que   los pueda cambiar así te mueras por acerlo.

Candy y Albert se fueron a comprar la ropa para su boda, en el caso de Candy acompañada de Rousse se compró.un vestido de novia sensillo que serviría para ambas ceremonias, era un vestido blanco tallado hasta la cintura y de allí caído hasta la mitad de la rodilla, con un escote en forma de  corazón y una chaqueta corta, como bello, solo utilizaría un sombrero redondo blanco y con un pequeño velo que solo le cubriría la mitad de la cara, sencillo y humilde como lo es ella, llevaría unas medias color champagne y unos taconcitos de charol blancos. Eso era todo, estaban alegres comprando sin darse cuenta que alguien los seguía de cerca, mientras ellas compraban eso, Albert compraba un traje blanco, hecho para la ocasión, una ves terminando todo, se fueron felices a comer pero está ves, no irían a un restaurante caro, simplemente a disfrutar del momento con unas pizzas y gaseosas, hablando de todo y nada.

Mientras tanto ellos la pasaban bien, Anny realizaba averiguaciones por su parte, mejor dicho realizó la.mejor actuación pues se ido pasar según ella por una amiga del hogar donde sabía que ella había nacido, por las pocas referencias que le había dado el detective de ella, muy en el fondo ella se acordaba de aquella vida que llevo duránte los primeros seis años de vida, de aquella pequeña con la que jugaba, engaño y desprecio, pero ese secreto se lo llevaría con ella a la tumba, tal ves desconociendo que ese deseo se le puede hacer realidad, ya tenía varios días que por las noches tenía pequeñas calenturas, pero nomlr haría caso alguno, no se cuidaba muy bien ampesar de la vida desenfrenada que llevaba. Ella desconfiando del detective ese día, la hubico y siguió a distanciamiento, los vio ingresar a una tienda exclusiva de novia y luego vio salir a Albert, para ingresar a una tienda cercana, ella ingreso y vio que solo compraba un sensillo traje, así que no le dió importancia y salió antes de ser vista, luego los vio irse a una pizzería,- como si Albert no podía tener a alguien con mejores gustos pensó ella.
Admitía que la maestría trepadora tenía un buen cuerpo y bonita cara, es decir fea no era, sin embargo nada comparado con ella y eso la haría ver. Andaba cargando los caseth vhs, en las que tenía las grabaciones con las que chantajeaba a Albert, la siguió y ese era el día que ella salvaría a Albert de esa trepadora y le pondría fin a esa relación,¿ porque, quien compararía a una huérfana venida a menos, con la hija de los Britter? Pensó ella, crellendose más que los demás, pero un apellido de prestigió, o todo el dinero del mundo, no podía comprar lo que Candy sentía por Albert y cuando el amor es verdadero, no hay barrera que se interponga en esté.

Por otro lado el detective, estaba completamente emocionado, viendo a una chica que parecía ser el reflejo de su esposa muerta, solo el par de esmeraldas cambiaba,  eran idénticas a las de su madre, sin querer había encontrado a la niña que le arrebataron y nunca había encontrado hasta ahora, sabía que su nombre era Candice White y que había crecido en un orfanato y cuando saldría, ella para protegerse del mundo según lo que había averiguado se convertiría en novicia, se sentía orgulloso de ella, había nacido con el corazón puro y el alma noble y ahora Dios la estaba bendiciendo con el amor de un hombre que a todas luces se le notaba que la amaba, salieron de nuevo y se fueron, Any los seguía y el detective estaba tan sumergido en sus recuerdos y pensamientos que no la vió, está los siguió hasta la casa de Candy a la que dejaría Albert primero y luego de ir a dejar a sus hermanos regresaría para estar a solas un rato más con ella.

Candy entro tranquila y luego escucho de nuevo el timbre, extrañada fue a abrir y vio a Any en la puerta, tenemos que hablar dijo, entrando sin más, Candy se persigno y solo le pidió prudencia y sabiduría, quiero que mires algo, dijo poniendo el caseta en el vhs, y unos gemidos se escucharon por toda la casa, Candy los miraba curiosa y sin malicia, solo pensaba que barbaridad, como es posible que no se quieran nada y se presten a yacer con un hombre sin estar casada, vistes de lo que es capaz tu amado, dijo mientras pasaba un vídeo, golpeandolas con un  látigo muestras ella y otras chicas deseosas de sus atenciones, eso vas ha obtener con el. En ese momento Albert Ingresaba y la miraba, triste, pues creía que ese sería un adiós, ella era demasiado linda para alguien como el, sin embargo, ella le dedico una dulce sonrisa, le dijo- quien soy yo para juzgarlo, - quien soy yo para juzgar un pasado en el que yo no estaba; dime porque tú lo juzgas, siendo una de las personas que lo acompañaba a pecar, sabes tienes el corazón lleno de veneno y no puedes ver la felicidad en los demás, te has dedicado a perderte y a perder a todo aquel que se te acerque, a conseguír lo que quieres por las buenas o por las malas, sabes, mientras no te aceptes y no aceptes tu vida, serás desdichada, pero sabes no me llevarás a mi, ni a mi amor por Albert en tu desdicha, ¿sabes porque?, Nuestras almas están destinadas a estar juntas. Además el hombre llega hasta donde la mujer quiere y yo te veo gozando lo que sea que estén haciendo, entonces ¿para que vienes a enseñarmelo? Has borrón y cuenta nueva, busca tu felicitación y deja ser feliz a los demás arrepiéntete, antes que sea demasiado tarde y no puedas dar vuelta atrás, dijo mientras sacaba de su bolso una pequeña tijera, sacaba el Caseth y enfrente de Albert cortaba aquella cinta, ya cuando Any reaccionó, había hecho dos cortes que dañaba la vista, este es tu pasado amor, ahora sin remordimientos seremos felices en nuestro presente y futuro, no hay nada que pueda empañar nuestra felicidad, Any la miraba mal y le dijo- está me las pagarás, ya verás - bien a mí no me harás daño, te lo harás a tu alma, dijo Candy tranquila y encogiéndose de hombros, con mucha cólera Any salió, pensando en cómo hacer daño y envenenandosr a un más, veneno que tarde o temprano le dañaría no solo el alma si no también el cuerpo, pues uno obtiene lo que cosecha, y si siembras tormentas, cosechas tempestades y justo eso le sucedería a ella.

Dentro de la casa, Albert lloraba en los brazos de Candy, sentía como si una gran carga callera de su cuerpo, y se disiparán todos sus temores. Candy lo llevaba al sillón, mientras colocaba la cabeza en su regazo y se la acariciaba, te lo dije amor, el pasado quedo atrás, no me importa y nunca te juzgaria, no soy quien para hacerlo. Gracias amor, le dijo el, dándole un gran beso, esa noche se quedarían durmiendo juntos y abrazados por primera ves, pero con  respeto sin hacer nada que a un no pudieran realizar, simplemente necesitaban de su compañía y de su amor. Así despertaron al día siguiente abrazados y solo se separaron para que Albert se fuera a arreglar y llevar todo lo que ocuparía durante ese bello día, un día que prometía sería el mejor de sus vidas, las que estsrisn llenas del más puro amor.

Continúara.......

La NoviciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora