El Amor Lo Vence Todo

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Elroy Andrew estaba tomando su café matutino al ver que estaba pasando las páginas del periódico, de repente se ahogo con el café que tomaba al ver una foto de Albert con una  chica rubia, que decía ser su esposa, ¿como era posible?, pensaba, mientras se fijaba cada ves más en la supuesta esposa de su amado sobrino, ese pelo risado, con una lupa miraba más detalladamente a esa mujer, la mandíbula parecía que se le caería hasta el piso, para después tensarse, pero ¿Como era posible?, pero si es la maldita monja, una mujer que no está a nuestra categoría, pero te arrepentirás Williams por no aceptar mis condiciones, juro que te destruirse maldita monjita, pensaba a la tía echando rayos por los ojos, se levantó y tomó el teléfono pues pensaba llevar el mayor provecho de esa situación, llamó a los periódicos y les dijo que ella tenía la historia de la mujer de su sobrino y así después de una semana decidió a quien venderle la noticia. Declaró, pero como ella pensaba y había percibido se daban las cosas nada de verdad salía de su boca.
-En primer lugar quiero decir que en ningún momento he estado de acuerdo con esa relación, pues me di cuenta desde la primera ves que la vi la mujer aprovechada que era, ella creció en un orfanato y seguro de allí aprendió malas mañas, ya saben como son esas hijas de nadie, después se hizo novicia, realmente no se como envolvió a las pobres monjas, seguro lo hizo para atrapar a un joven rico, y por desgracia el que cayó fue mi sobrino, dijo mientras se ponía una mano en su pecho, sacaba una lagrima de sus ojos mientras era fotografiada,luego no se que pasó, hace unos días llegó una amiga que se llama anny Britter muy preocupada por que dijo que mi pobre sobrino tenía una amantes, que seguro sería una aprovechada, luego de eso el salió de viaje y hasta ahora se de el... Decía mientras seguía difamando a Candy, la entrevista la estaba dando en la mansión, que era la casa de su amado sobrino. Lo que Elroy Andrew no sabía es que su sobrino en ese momento estaba por cruzar las puertas de su casa de la mano de su adorada esposa.

Los Angeles días antes, estaban en el hotel y Candy se despertó con unas inmensas ganas de vomitar, así desnuda como estaba corrió al baño y allí estaba devolviendo todo lo que tenía en su pobre estómago, Albert se despertó al no sentir el cálido cuerpo de su mujer, la busco con su mirada al rededor del cuarto y de repente escucho un ruido extraño en el cuarto de baño y luciendo su deliciosa e inmensa masculinidad se fue al cuarto de baño y con preocupación le frotó le espalda y le ayudó a ponerse en pie, con cuidado la metió al cuarto de baño, abrió la ducha y con mucho amor, delicadeza le lavaba el cabello, poco a poco el estómago de Candy se fue asentando y al ver la virilidad de su esposo se le seco la boca y mientras Albert le retregaba su cuerpo con la esponja y ayudaba a quitar el jabón con la mano, su deseo iba en aumento, ninguno de los dos pudo evitar tomarse allí mismo, así que Albert le espeso a besar con cariño y entrega cada porción del cuerpo de su amada esposa, un cuerpo del que conocía cada uno de los rincones, sabía cada uno de sus secretos, conocia muy bien como convertir una pequeña chispa en una inmensa llama, en una inmensa llama de la pasión que hacía poderse guiar por el deseo y amarse con todo su ser, después de esa entrega matutina, pues por lo menos hacían el amor cuatro veces al día, si la novicia terminó ser muy ardiente como lo predijo Albert al conocerla, cada entrega la hacían con tal amor y devoción, que no sólo entregaban su cuerpo, si no también su alma, sus cuerpos perdían el control pues sus corazones tomaban el control en cada una de sus entregas.

Luego de eso salieron a comer a un restaurante y se dio cuenta que la gente lo saludaba a él, no así a su mujer. Cuando estaban por sentarse el gerente del restaurante le fue a decir que a él lo podía admitir, no así a su acompañante, decidió salir muy molesto de allí, pero no sabían con quien se estaban metiendo, Candy extrada salía del lugar tomada de l mano de su amado esposo, cuando sintió un mareo, luego perdió la conciencia y luego nada.
Albert al verla caer la tomó y el gerente se acerca a  él con cara de preocupación, Albert lo miró y con una mirada fría lo reto al igual que el resto de la gente que estaba sentada allí, a esa gente que seguro los juzgaba solo por ella no ser parte de esa clase social de nacimiento, a uno le gustaban hombres y mujeres, con cualquiera engañaba al esposa, otra mujer busca a cualquiera para engañar a su esposo, así se podían detallar errores muy grandes que eran mucho peores que ser uerfana o pobre, pues eran situaciónes que nadie escoge, mientras que ellos sí buscan cometer esos errores, de los que pueden ser tan fácil de caer, todo por la frialdad que da el poder y el dinero, priorizando cosas que no son más importantes que el amor de una familia, pero el no lo comprendió hasta que se en amor de su esposa, la que no reaccionaba, la subió al vehículo y la llevo de emergencia al hospital y claro que los periodistas y psparazis estaban haciendo fiestas con lo que veían, tomaban fotos y sacaban deducciones, incorrectas, hablarían tantas cosas malas y sin comprobar, que se encontrarían con un problema mayúsculo, pues Albert jamás permitiría que le hicieran algún daño a su esposa; pero mientras tanto el estaba ingresando a la sala de emergencias de uno de los hospitales más prestigiosos de Los Angeles, la llevaban en una camilla, el ingresaba detrás de ella, llenando los papeles y una enfermera corriendo tras el, pero no dejaría sola a su mujer por nada del mundo, pues era su mayor tesoro, poco a poco, Candy fue abriendo los ojos y se miró acostada en una camilla, un médico la ocultaba y le sacaban sangre para hacerle una serie de análisis mientras el esperaba, la revisión médica, el le dedicaba palabras de amor para tranquilizarla, a un que ella realmente se encontraba en paz, nunca le importo el que dirán o lo que pensaban de ella, pues ella no juzgaba a los demás, no era Dios para hacer algo así, por lo que vivía con mucha paz en su corazón, ella le acarició la mejía y le dijo, ¿porque te atormenta así?, acaso el que dirán es realmente importante, no me importa lo que hagan o digan, pues yo estoy en paz y al único que le debo explicaciones de mis actos es a nuestro creador, de allí no importa lo que hagan los demás o piense la sociedad, pues si ellos cosechan mal, así les ira, pero en el momento que nosotros caigamos en el odio, rencor y venganza, nosotros mismos caeremos en las garras del demonio y a eso si hay que temerle, así que no te dejes guiar, influenciar o que te moleste algún comentario hiriente, no lo permitas, no caigas en su juego, la sociedad siempre juzga, si es bueno porque es bueno y si es malo porque es malo, o las cosas buenas las toman como malas y las malas como buenas, entonces dime, amor, vale la pena molestarse o quebrarse la cabeza por algo así. Albert la abrazo y dio gracias a Dios por haber puesto a una mujer tan buena y sabia en su camino, realmente no sólo se sentía amado incondicionalmente, si no que una paz que jamás pensó que podría exisistia, pero no era un sueño era su dulce realidad. - Buenas señores dijo el Dr. Martín, Andrew-si Dr. ¿ Que tiene mi esposa?, dijo preocupado. - pues señores déjenme decirles que los felicito, están en la bella espera, serán padres-ambos se miraron felices y con los ojos llenos de felicidad, pues era un dulce sueño para la feliz pareja, tener una familia propia. Eran realmente felices y lo que dijeran o dejaran de decir de ellos realmente no les importa. Les dieron el alta después de una serie de instrucciones y se fueron a su hotel a descansar-Albert pedía servicio a la habitación mientras revisaba de ese día, pasaba las páginas de la farándula cuando vio una foto de ambos, se detuvo e inició a leer," el día de ayer fue la presentación de la película mujer bonita, esta la protagonizan... Lo que no sabíamos es que esta historia de cuentos se adas se convertiría en una historia de la vida real, ¿Quien lo diría?, el millonario William Albert Andrew, así como lo escuchan, el magnate más asediado tiene dueña, no sabemos¿Quién es? O ¿como la conoció, pero eso sí, veremos ¿cuánto tiempo Durán juntos?, pues no pretendemos renunciar a tan majestuoso Adonis... Así seguía la nota periodística, informa para ustedes Kelly Matew, para Los Ángeles post.
Albert estaba enfurecido, pero poco a poco se tranquilizó, sabía que debía actuar con prudencia, pero tampoco permitirá que le faltarán el respeto a su ahora familia, una semana estuvieron en Los Ángeles, salían a comer o a las playas de Asanta Mónica, los paparazis los buscaban y tomaban fotos en todas ellas destila aún miel, pues no había mejor maners que desmentir con la imágenes de ellos en los diarios, cuidaba de sus tesoros, no permitía que nadie con malas intenciones se le acercara, el tiempo pasó y llegaba el día de llegar a Chicago, sabía que se enfrentaría con una feroz mujer, lo que nunca pensó era encontrarse con la casa llena de cámaras y el periódico que aceptó pagar por la exclusiva que vendería la afamada miembro de la más alta socialitr de Chicago Madam Elroy, al ingresar se exuchaban los comentarios que esta hacia y eso Albert no lo iba ha permitir así que se hiso presente con su mujer y de pronto de hizo silencio...

Continuará........

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