La Novicia

Una Noche Llena De Promesas

Candy a un que solo tenía tres meses y medio de embarazo su vientre estaba creciendo muy rápido, parecía de cinco meses, había ido de compras con Elroy y habían llamado a una estilista que la iba a arreglar a la casa, le lavo y seco el cabello, coloco tratamiento y le domo su cabello rizado, la tía Elroy le había dado una peineta de diamantes, que coloco en un recogido de medio lado, después solo le pusieron un poco de fijador y listo sencillo como era ella, pero a la ves se miraba elegante y hermosa, se coloco un vestido estraples color rosa suave, que tenía cristales en todo el talle y suelto de la cintura, con sandalias romanas doradas de cinco centímetros de altos, taco cuadrados, con un pequeño collar en forma de corazon, aritos y pulsera a juego de oro y diamantes; se miraba simplemente hermosa, mientras tanto Albert se puso un smokin negro que hacía que su mirada brillará a un más, cuando miró a su bella esposa, ya no quería sacarla se miraba a un más bella de lo que ya era mucho decir, el embarazo no la desmeritaba en nada, la hacía lucir a un más linda de lo que era. Le coloco un abrigo delgado y salieron rumbo a la fiesta.

Kelly estaba sumamente nerviosa, hacía todo lo posible para que todo saliera bien y le permitieran estar en la reunión a un que fuera para dirigir el evento; a un no era de confianza, pero en vista que la mano derecha de su jefa se había enfermado y tendría que ir a casa, así que tuvo la suerte que le pidieran estar apoyando durante el evento pues había dado un valioso apoyo durante su organización, pues todo debía salir muy bien, pues sólo estaría la crema ignata de la ciudad, debía de salir todo perfecto, Kely pensó que sería el momento que tanto había deseado para acercarse a su bello tormento, eE Adonys que desde siempre fue su amor platónico y no iba a permitir que una monja ladina se lo quitara, pues si algo tenía ella era que nunca se daba por vencida, pero en esa ocasión sería su peor error, así que se fue a arreglar y se coloco un vestido azul eléctrico con un escote recto y que llegaba hasta cinco dedos abajo de sus glúteos, se coloco un hilo y unos tacones de aguja altos color negro.

Los padres de Candy estaban realmente nerviosos sabían que se debían acercar poco a poco a ella y debían iniciar acercándose a su esposo, para que él los pueda ayudar a prepararla, sabían que ella estaba esperando y no querían provocarle ningún malestar, esa era la razón a un no se habían presentado.

Archie y Stear Cornwell eran primos de Albert y ya habían conocido a la esposa de esto ya hace como cuatro meses pensaba Archie, que se quedó con la bella imagen de un ángel gravada en su cabeza.
-saber Stear ojala nosotros encotremos un ángel como lo hiso mi tío.

- Claro Archie todo a su tiempo ya veras.
-Si tienes razón, ojala y sea tan buena como ella y nos amén por nosotros y no a nuestro dinero.
-Pues ojala para eso tenemos que ver más allá de su físico y realmente nos fijemos en su forma de ser, sus sentimientos y su inteligencia; verás como podremos ser felices y no salir con chicas frívolas e interesadas.
-Sabes que tienes razón.
Así se iban vestidos con sus fraks a la reunión de aniversario de su corporativo, se miraban realmente a puestos andaban tirados a matar.

La Rachell, estaba nerviosa así que iba ch on David y le había pedido llevar a la familia O'Brayan, pues Emperatriz era su mejor amiga, además tenía una dulce hija de la misma edad de la suya, sus manos su daban de los nervios pues su parecido era asombroso, sus ojos eran diferentes pues los de Rachell eran azules, pero los de David eran verdes al igual  que los de su hija.
-Tranquila le decía David mirándola fijamente pues nunca la había dejado de amar y realmente se sentía triste por que no solo había perdido a su hija, si no que su error logró alejar a su mujer de su lado, ella lo amaba a un y ya lo había perdonado y tal ves, sólo tal ves tendrían una nueva oportunidad. Nadie supo quién había hecho desaparecer a su pequeña y la abandono, realmente eso ya no importaba, lo realmente importante era que al fin la habían encontrado.

Ellos llegaban minutos antes que los Andrew, se colocaron en un lugar en el que ellos los podrían ver, pero a ellos no lo podrían hacer, los O'Brayan ya habían llegado y se acercaron a ellos, su bella hija tenía la misión de acercarse a Candy y ganar su confianza.

-Albert y Candy llegaban ella sujeta del brazo de su esposo y ambos lucían enamorados y con una bella sonrisa, ellos eran inseparables, así que David debía acercarse a Albert y pedirle una cita, debían hablar con él antes de presentarse ante su hija.

Los miraban desvordante de amor y felicidad, ella se miraba realmente  bella y su embarazo la hacía lucir a un más hermosa.

Paty se acercó a ella poco a poco, se presento y Albert la. Miraba con recelo, pero después pudo observar que realmente se llevaban bien y eso a él lo alegraba, Pues la felicidad de ella era la Suya.
-Disculpe señorita la puedo dejar un momento con usted. - Claro señor Andrew - Muchas gracias.
Candy miró la cara descompuesta de Albert y supo que algo le había dado náuseas, pues de un tiempo acá, el que sufría los síntomas del embarazo era su amoroso esposo, fue tanto que fueron a consulta, le resetaron medicamento y listo, pero en ocaciones no funcionaba y era que había sentido el perfume dulson que usaba Kelly y el no lo pasaba, era como si lo repudiara.

Al ver que Albert se iba; tanto David como Kelly lo siguieron, una Kelly muy insinuante se puso en la puerta del baño obstaculizando el paso.
- Hola señor Andrew le dijo acercándose poco a poco, mientras que Albert se ponía cada ves más verde, no soportaba ni a la mujer y tampoco al perfume que llevaba, me da permiso por favor-solo si yo entro con usted y le permito haga con migo lo que quiera, decía la muy ofrecida mientras se tocaba el cuerpo.
- No me interesa, hágase a un lado le dijo apartandola con brusquedad,  pero ella se le guindo del Coello queriendo se acercar para besarlo, David era testigo de lo ocurrido y le gustó que el esposo de su hija la respetará, mientras tanto Albert ya no soporto más, su boca de abrió y como Kelly por más que la apartaba no se quitaba de encima pues recibió todo lo que había dijerido Albert durante el día, por necia fue bañada en el vómito que ella misma había provocado, David, no soportaba las ganas de reír, pues aquella bella mujer al fin soltó a Albert, mientras este corría al baño que tenía una pequeña máquina de lavado y secado de ropa, así que metió su chaleco y corbatin que era lo único que había sufrido las consecuencias del vómito, tomó un sepillo de dientes y se lavo la boca, se iso gárgaras y tomó una pasta, entonces David aprovecho para ingresar y hablar con él.

Mientras tanto Kelly no sólo había sido observada por David, si no también por su jefa la que la despidió de inmediato y la coloco en las páginas rojas que tenían las empresas de Chicago, así evitaban conyrstar a alguien que no debían.

Señor William me urge hablar con usted, es algo muy importante se trata de su esposa y es realmente importante.
-Albert frunció el seño
-No es nada malo, es algo muy personal y no sólo es con migo, necesitamos una cita con usted en algún otro lado.
-La máquina de secado sonó y sacó las cosas de ella, muy bien los espero mañana a las diez, pero desde ahora le digo no permito que se diga nada malo de mi mujer.
- Gracias allí estaremos y le prometo que no es nada malo.
-Bien, los espero y mas vale me valla pues la he dejado sola mucho tiempo.

cuando Albert llega la ve platicando muy alegre con la chica que la dejó y entonces pudo respirar tranquilo su estómago estaba mejor y miraba a su esposa feliz, ya nada malo les podría pasar, tomó a Candy de la cintura y le dio un beso.
-Gracias por acerle compañia
-No para mi ha sido un honor conocerla-
muchas gracia Paty y cuando quieras puedes ir a mi casa, le contesto Candy.
Así pasaron una amena velada.
Mientras Kelly no solo fue vomitada y despedida, si lo también estaba en el libro rojo de los empresarios de Chicago.

Cóntinuara........