La Dulce Realidad

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Leonor caminaba de un lado a otro, no puede ser, pensaba, pasando sus manos por sus cabellos, no hay forma que lo sepan, o si, no, pensaba nerviosa y recordaba, aquella maldita niña había nacido del amor de Rachell y el amor de mi vida, David. Nunca entendí por qué se fijo en la maldita de Rachell y no en mi. Me vi desesperada mi corazón lloraba por verlos tan felices, pero su felicidad no duró mucho, intente matar a esa mocosa mientras dormía pero no lo pude hacer, así que la rapte y la lleve a un lugar donde sabia no la podía encontrar, en una colina, un día frío de invierno la deje bajo un árbol, para que las vestias del campo la devoraran o el frío inclemente la matara, no podía creer su suerte, alguien la había rescatado y no solo eso, ahora había aparecido y bajó el ala de un hombre poderoso, ella no podía saber nada y no había dejado testigos a la sirvienta María la última que la vio, desapareció, nunca se supo nada más de ella, después de aquel día.

Y ahora espero no aparezca.
Pero para la desgracia de Leonor todo cae por su propio peso y las verdades tarde o temprano se saben, pues no hay nada que entre cielo y tierra se sepa y no se haga.
La traición tiene sus consecuencias, y ella todavía no sabía lo que estaba a punto de pasar.
En un orfanato ubicado en la cima de una colina a las afueras de Chicago, una Dulce monja miraba las noticias en la que salía su pequeña niña, la que protegió siempre, recordó aquel día que salió detrás de la señora Leonor, pues le pareció sospechoso el bulto que llevaba con ella, de repente la perdió y no supo nada, pero siguió caminando, miró uns pequeña casita de madera y escucho risas de niños, tenía mucho frío y me encontraba cansada, muy, muy cansada, pues por más que buscaba no encontré, toque la puerta y caí rendida, me pasaron adelante y descanse de repente se escucho el toquidl de la puerta y luego el llanto de un niño, un pequeño se paro y la tomó, entonces en la puerta estaba una pequeña pelinegra, más o menos de la misma edad de la niña que buscaba, la levantamos y escuchamos otro llanto que se escucha a un más lejos, Corrimos y bajó de un árbol estaba mi pequeña, casi morada del frío, toda húmeda por la nieve que le había caído y se había derretido, entonces lo supe, no podríamos regresar por la seguridad de mi pequeña, pues Leonor la intentaría matar de nuevo y eso no lo podía permitir, sabía que Dios en algún momento la uniría con su familia y le daría todo lo que no había tenido, por años oro para poder hablar y quitarse ese peso de encima y había llegado el momento. Pidió permiso a la congregación para poder salir unos días, pues después de eso y para poder cuidar de su niña se hizo novicia, luego monja, así pudo ayudar a su niña y salvaguardarla, por eso le ayudó a convertirse  en novicia y oraba para que pudiera encontrar su camino y eso pasó, había encontrado a un hombre que la amaba, pero era la hora de hablar, la verdad debía salir a la luz, pues si ella la había visto Leonor también y podría correr peligro, pues con el tiempo y ha medida escruto la palabra, supo que era una mujer sin conciencia o moral, nunca manifestó arrepentimiento, así que pidió una llamada y pidió a la operadora, comunicarla al corporativo Andrew, hablaría con el esposo de su niña.

En el corporativo Albert recibís la solicitud del orfanato donde había estado su esposa, así que aceptó la llamada.

-Halo
-Buenos días señor Andrew soy la hermana María y necesito hablar con usted, es urgente.
-Bien Madre, la mandare a traer hoy mismo, mandare un chofer a traerla, este lista, ya mi esposa me habló de usted y la instalaremos en nuestra casa, sera un honor conocerla.
-Gracias señor Andrew pero el honor será todo mío.

Albert se quedó pensando en lo que podía ser tan urgente, así que llamó a David para reunirse con ellos, antes de ir a su casa, tenía el presentimiento que ellos debían escuchar lo que la monja les tendrían que decir.

Llegó a su casa y se dispuso a amar a su esposa, para relajarla, platicaron sobre sus padres y de la visita que tendrían al día siguiente, ya no sólo de ellos si no de la hermana María; Candy se alegro pues la amaba como a una madre, pues ella siempre le había brindado cariño y amor, esperando ansiosa el día siguiente de quedo dormida.

Llegaba el momento de ir a traer a la hermana María, así que un chófer muy temprano la fue a llevar a las oficinas del corporativo Andrew, allí ya la esperaba Albert muy ansioso, con los padres de Candy, en cuanto la vieron pasar la puerta la reconocieron y ella bajó la mirada pues sentía vergüenza, sabía que habían sufrido pero ella lo hizo para proteger a la pequeña.
Así que repito tomó con fuerza su rosario e Inicio a relatar todo lo que sabía, Albert apretaba la quijada de rabia pues no podía creer lo que estaba escuchando, su amada lucho por su vida desde que nació prácticamente, no entendía como una persona podía tener un corazón tan negro para dañar a una inocente, pero agradecio que siempre había tenido a un ángel en su camino, pues ella siempre fue tocada por las manos de Dios y ese era su destino, pues así ayudó a mucha gente que la necesitaba en su momento, ahora Albert sabía porque era así su mujer, nadie haría su vida a un lado por otra persona, y esa dulce mujer lo ido para mantener a salvo a su mujer.
Por otro lado los padres de Candy le agradecía haberla salvado y cuidado por tanto tiempo, pues sabían que sin evidencias no podían hacer nada, no podía declarar María contra Leonor, así que sólo les quedaba protegerla a un más y estar al pendiente de cada uno de los movimientos de Leonor, por tal razón en ese momento se contrato un investigador para que recogiera cualquier evidencia que ellos podrían usar en su contra, ahora Candy estaba muy protegida y nadie podría hacerle ningún daño nuevamente.

Mientras tanto Leonor al desconocer lo que pasaba estaba tejiendo un plan en contra de Candy, que al momento de ejecutarlo estaría sentenciados ella, pues su vida y libertad penderian de un hilo.

Candy acomodaba ella misma los espacios para los invitados que tendría y se sentía sumamente nerviosa y emocionada, pues no sólo conocería a sus padres si no que podría presentarles a su amada Hermana María, así llegaban todos a la mansión para conocerse y tener un momento ameno lleno de amor y paz.

Continuará........

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