Preface

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Hay muchas cosas que Hua Cheng preferiría no hacer; una de ellas sería ir al mundo humano por voluntad propia.

Pero, de igual manera, hay muchas mas que él haría para aligerar la carga de trabajo de Dianxia; así que ir al mundo humano por él realmente no es algo de lo cual quejarse. Pero al momento de llegar al lugar al que debía ir siente que algo anda mal.

No es normal que en el mundo humano exista un lugar con una energía resentida tan densa; aún menos común el que dicho lugar parezca tener un maestro al cual obedecer. Peor aún el que esta este tan tranquila que parezca estar de luto.

Vagando por las calles de Yiling escucha a débiles cultivadores celebrar la muerte del patriarca del lugar, al mismo tiempo ve las expresiones de desagrado al escuchar sus grotescos comentarios y tristeza por la noticia en quienes parecen ser los nativos del pueblo.

Al ser tener tiempo de sobra y saber que su Dios probablemente se encuentre atrapado trabajando en la ciudad celestial decide tomarse el tiempo de escuchar la historia de ese lugar.

Busca un lugar vacío para poder hablar con tranquilidad, siendo este un salón de té que es administrado por una anciana y un joven que parece ser quien le ayuda en la tienda.

- Bastardos - murmura entre dientes -, se creen justos cuando no son más que basura - dice la anciana antes de acercarse a su mesa con una tetera.

- ¿Qué es lo que parecen celebrar? - pregunta antes de tomar de su té.

- ¿El joven maestro no lo sabe? - pregunta confundida.

- Vengo del extranjero, de un lugar muy lejano - dice el de parche -. Estaba de paso por el pueblo. No he tenido tiempo de ponerme al corriente de las cosas - dice en respuesta.

- ¿Ha escuchado de Yí Líng Lǎo Zǔ? - pregunta el joven, el mayor niega lentamente con la cabeza - el patriarca de nuestro pueblo era un joven maestro de una de las cinco grandes sectas - comienza a contar.

- Se le llamaba un maestro de las seis artes, incluso estaba en el cuarto puesto de los mejores cultivadores de la generación, aunque - comienza a decir bajando la voz -, aquí entre nos la unica razón por la que no estaba en un puesto más alto fue solamente por no tener mejores antecedentes familiares como los herederos de sectas - eso, es comprensible, en cuando mejor es tu antecedente más fácil es tu vida; su infancia es la prueba de ello -; además el joven maestro era la persona más dulce y amable que pueda conocer, siempre ayudaba a quien lo necesitará aún si todos estaban en su contra él no renunciaría a sus principios - comenta la abuela con un brillo de orgullo en sus ojos -. Él solo se encargo de disminuir la energía resentida en Yiling y evitar el ataque de bestias y cadáveres feroces.

- Entonces ¿Por qué celebran la muerte de alguien así en lugar de llorarla? - pregunto confundido. ¿Alguien así en el mundo mortal? Dianxia paso era así en su vida mortal ¿Podría este joven haber tenido el mismo final que Dianxia luego de la guerra de Xian Le?.

La abuela suspiró antes de responder – La secta Wen, una de las cinco grandes sectas empezó a estar más hambrienta de poder.

» Empezaron a atacar a las otras grandes sectas. Primero quemaron Los Recesos de las nubes, luego tomaron a los discípulos principales y herederos de sectas como rehenes y cuando estos escaparon atacaron la secta del joven maestro - comenta molesta.

- Luego del ataque a la secta Jiang las demas sectas se empezaron a alzar contra los Wen, pero destruyendo sus oficinas de supervisión su avance era mínimo - comenta el joven.

- Cuando atacaron la secta Jiang el maestro Wei desapareció por tres meses y cuando volvió fue cuando las sectas comenzaron a avanzar - dijo la señora a lo que él menor asintió.

- ¿Que edad tenía en ese entonces? - pregunta el mas alto con curiosidad.

- Diecisiete años - comenta -, la campaña para derribar el sol duró casi tres años y el siguiente año y medio el vivió aquí, en Yiling - dice el joven.

- ¿Realmente las sectas no pudieron avanzar en meses sin un niño de diecisiete años? - pregunta, mientras piensa que realmente los cultivadores de hoy en día son muy débiles; en sus tiempos no muchas personas podían ser cultivadores, pero quienes lo fueran serían bastante competentes.

- Cuando el maestro volvio había creado una nueva rama de cultivo - dijo el joven llamando su atención.

- En esos tres meses que desapareció aprendió a cultivar y utilizar la energía resentida - comenta la abuela -. Podía manejar hasta cinco mil cadáveres con Chenqing y el Amuleto del tigre Estigio dos armas espirituales de alto nivel que el mismo creo. Con todo su poder pudieron avanzar y ganar la guerra en la Ciudad sin Noche.

» Meses después el maestro Wei causo un alboroto en un banquete en Laling Jin donde amenazo al sobrino del líder de secta - comenta divertida.

- ¿Amenazo al sobrino de un líder de secta y salió ileso del banquete? - pregunto también con diversión.

- Todos le temían, nadie se atrevería a atacarlo porque sabían de antemano que perderían y eso dañaría su patético orgullo - comento el jóven a lo que la calamidad dio la razón.

- El maestro Wei quería la información de la rama medica Wen pues el tenía una deuda con ellos y sabia que eran inocentes, que su único pecado era portar el apellido Wen y él no permitiría que pagen por errores que no son suyos - ese comentario le hizo recordar el como después de la caída de el reino de Xian Le sus habitantes fueron cazados como presas, si él hubiese tenido el poder del joven cultivador demoníaco sin duda habría actuado igual.

- Eran todos ancianos, mujeres y enfermos - comento el joven - los más jóvenes ni siquiera eran cultivadores y aún así sin siquiera saber esto todo el mundo de cultivo se fueron en su contra y lo acusaron de estar armando un ejército.

- Incluso había un niño - comenta la abuela -. Los llevo a los túmulos funerarios, el único lugar donde los cultivadores no irían.

- ¿Su secta no lo protegía? - pregunta.

- Su propio shidi, el actual líder de secta, fue quien dirigió el asedió - contesta molesta -. Su shidi quiso obligarlo a dejar de proteger a los remanentes Wen por lo que el maestro Wei abandono la secta.

- Su shijie por otra parte - dice ahora el joven - estaba más preocupada por vivir su felicidad que ni siquiera intervino por él.

- Hace unos meses lo intentaron emboscar cuando iba a la celebración de un mes de el hijo de su shijie, el General Fantasma mato a varios de los arqueros que lo atacaron - comenta -, aunque también mato al hijo del líder de la secta Jin.

- ¿General Fantasma? - pregunta.

- Era un cadáver feroz al que el maestro Wei le devolvió la conciencia - responde el joven sorprendiendo al más alto.

- Durante días escuchamos a miembros de la secta Jin gritar que si entregaba a los líderes de los remanentes les perdonarían la vida a los restantes - menciona la abuela apretando los labios.

- Esta demás decir que fue una mentira - señala la calamidad a lo que ambos asienten.

- Tres días después de que se entregaran el líder de la secta Jin reunio un ejército de más de tres mil cultivadores para esparcir sus cenizas y luego ir a atacar al maestro Wei - dije el joven.

- Solo que no contaban con que el maestro estuviera ahí - comento la abuela -, estaba molesto y los enfrento. Todos vieron eso como una oportunidad para atacarlo por lo que el se defendió.

- Su shijie entro al campo de batalla, fue herida y murió - dijo el joven -. Todos comenzaron a culparlo a él, así que perdió el control y mato a casi todos cultivadores presentes.

- Hace unos días el líder de la secta Jiang encabezo un asedio contra él a sabiendas que el maestro Wei no lo atacaría - comenta -, unas horas más tarde bajo de la montaña llevando a Chenqing en mano - dice con tristeza.

La calamidad dio por terminada la conversación dejando como pago una lamina de oro antes de retomar su camino hacia los túmulos funerarios; puede que encuentré algo interesante ahí.

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