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Chapter Two: Awaken.

Los humanos tienden a ver el tiempo como un algo con el cual no podemos luchar; algo que por más que intentemos no podríamos alcanzar. Lo ven tanto como un todo y una barrera imposible de quebrantar.

Tienden a usar el término "pérdida de tiempo" cuando vean algo que no es de su agrado, dejando de lado el que en cierto grado su propia existencia es una perdida de tiempo para alguien más.

Ven el tiempo como algo absoluto que para ellos es limitado por lo que tienden a llevar una vida desorganizada y a tratar de correr contra las agujas del reloj; vivir a destiempo le llaman.

En cambio, para los muertos el tiempo no existe. La vida es una etapa que dejaron atrás y de la cual solo quedan recuerdos y remordimientos de lo que pudo ser y ahora no será.

El tiempo para los muertos corre de manera diferente a como lo hace para los vivos; mientras para ellos ya han cursado tres años desde la muerte del infame Yiling LaoZu para el joven pelinegro que dormía apaciblemente el tiempo parecía haberse congelado en sus memorias del pasado.

Dentro de la oscura habitación en la zona principal de la Mansión Paraíso se encontraba un preocupado joven vestido de blanco, dos calamidades y la reencarnación de un antiguo dios desterrado. Todos preocupados por el estado del nuevo joven demonio.

- Han pasado tres años y aún no despierta - comento el actual emperador celestial - ¿Por qué aún no despierta San Lang? - pregunto a su pareja.

- Gege, él despertara cuando deba despertar - contesto con tranquilidad.

- ¿Puede que cuando lo obligaron a despertar haber lastimado su alma? - pregunto ahora el señor del viento preocupando al joven de blanco y ganándose una intimidante mirada por parte de la calamidad vestida de rojo -. Digo - dijo/balbuceo -, recibió energía de dos calamidades y un emperador marcial al mismo tiempo que su alma fue obligada a despertar y sus memorias forzadas a mostrarse - a medida que su relato (llámese también justificación) iba avanzando su voz fue bajando.

- San Lang - exclamo preocupado el dios.

- No gege - dijo prontamente la calamidad -, nuestra energía no podía causarle daño la razón por la que duerme es porque en su primera noche aquí selle su alma. Despertara cuando todo en él se calme - agrego tranquilo aun cuando a él también le preocupaba que aún no despertara.

- ¿Estas seguro? - pregunto el joven de túnicas blancas y aquas.

- Como mortal fue un cultivador espiritual prodigio y al primero en utilizar la energía resentida como suya - hablo por primera vez He Xuan -, Lluvia Sangrienta, Dianxia y yo no podríamos dañarlo con nuestra energía porque su cuerpo la absorbió y tomo como suya - agrego tranquila mente.

- ¿Es eso cierto San Lang? - pregunto el joven de blanco a lo que la calamidad asintió.

- Creía que nuestra energía combinada podría dañarlo así que trate de retirarla, pero cuando lo intente la misma trato de atacarme - comento -, era obvio que esta estaba cómoda en su nuevo recipiente así que la deje de intentarlo.

» En ese entonces nuestra energía y la suya combinadas era demasiado. Esa noche estuvo por despertar al se alma ser llamada. Su estado mental no era el mejor en ese entonces por lo que decidí sellar su alma. Cuando su energía, alma y mente se calmen despertara - concluyo su explicación.

- ¿tan fuerte es? - pregunto el dios.

- Ira - contesto He Xuan sorprendiendo a ambos dioses quienes giraron a ver a la calamidad de rojo quien solo asintió consintiendo a lo dicho por la otra calamidad.

- ¿Cómo un joven como él puede tener tanto resentimiento? - murmuro el señor del viento -

- ¿Es producto del cultivo demoniaco? - pregunto el emperador celestial, su esposo negó antes de contestar.