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Extra: BaoShan.

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Hace mucho, mucho tiempo había un paraíso en la tierra.

Era un lugar tan hermoso que podía considerarse sagrado; El cielo en la tierra lo llamaban.

Los caudalosos ríos nacían desde un manantial de agua cristalina.

Espesos bosques llenos de maravillosas criaturas rodeaban aquel glorioso lugar.

Tierras fértiles donde cualquier cultivo crecerá.

Su pueblo era fuerte, amable, vibrante, era un hermoso lugar donde no había lugar para la tristeza y el sufrimiento.

En lo más alto de aquel hermoso lugar se alzaba fuerte e imponente un glorioso castillo, grandes torres e intrincados diseños lo adornaban.

– ¿Por qué el castillo del rey está tan alto? – había preguntado inocentemente la niña a su abuelo; un ex capitán del ejército de su majestad, el rey.

– De esa manera nuestros señores serán los primeros en ver si estamos en peligro – contestó con una suave sonrisa –. Estar en lo alto les facilita el poder protegernos – aun cuando era joven la niña fue capaz de captar el orgullo en la voz de su abuelo.

La joven no entendía de qué hablaba su abuelo ¿Por qué serían atacados?.

Aunque eran un reino pequeño, eran un buen reino.

¡Ella lo sabía! ¡Prestaba atención en sus clases!

No participaban en guerras territoriales como otros reinos, estaban dispuestos a acoger inmigrantes y ayudarlos a adaptarse al cambio.

¡También daban parte de sus cosechas a los damnificados por la guerra!

¡Incluso sus reyes y estrellas eran grandes cultivadores!

¡Ellos cazaban grandes bestias y criaturas que ponían en peligro a todos, no solo a su reino!

Entonces ¿Por qué su abuelo cree que podrían ser atacados cuando no han hecho nada malo?

Todos estos eran sin sentido para ella.

Esa dulce niña no entendió las palabras de su abuelo hasta quince años después.

La niña había decidido honrar a su abuelo y seguir sus pasos en el ejército.

El reino BaoShan era diferente a los demás, a ellos no les preocupaba que las mujeres no pudieran seguir el rito "de los hombres"; de hecho, para los Baoshan las mujeres eran sus mejores guerreras.

– Una mujer es una asesina cuidadosa; puede alardear de sus crímenes y de igual manera estos jamás serán rastreados hacia ella – le había dicho su padre al joven cadete que veía el entrenamiento de la unidad Lotus.

Lotus...

Aquellos que crecen en la adversidad.

Para los Baoshan la flor de loto no se limitaba a simbolizar la pureza e inocencia. Para ellos el crecer en el fango y alzarse entre la podredumbre era un mayor logro a la belleza.

Para Baoshan sus mujeres eran su orgullo, y no se molestaba en ocultarlo.

Por ello eran alabados y adorados por su pueblo.

Pero los dioses, no estaban de acuerdo con que tales mortales sean alabados tanto (o más) que ellos.

La arrogancia divina es por mucho mayor a la mortal.

Celosos, los dioses buscaban alternativas ¿Era siquiera inteligente considerar declarar la guerra al reino mortal?

Aunque los Baoshan vagaban entre los mortales ellos sabían la verdad.