505; duki

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rápidamente levantó la vista y se encontró con agustín.
se quiso morder el labio como un acto reflejo, y es que no sabía qué sentía exactamente por el chico, pero algo dentro suyo debía haber porque su corazón latía nervioso y sus manos sudaban sólo por el hecho de tenerlo cerca.

se permitió mirarlo de arriba a abajo con una sonrisa y descubrió que además de ser ridículamente lindo se vestía justo como a ella le gustaba, siempre se lo notaba arreglado y sofía admiraba realmente eso, debido a que por lo general solía verlo los lunes a las 7 de la mañana a causa de que iban a la misma facultad.

-hola agus.- saludó por fin mirándolo a los ojos y sintió un escalofrío recorrerla completa. quiso continuar elogiando algo de su apariencia pero fue interrumpida abruptamente por el barman que le indicaba que su pedido ya estaba listo mientras le entregaba una copa con una triste cáscara de limón intentando darle un toque de glamour al trago más deprimente que jamás había visto.

ella le dió un trago sin quitar la vista de los ojos de agustín que la miraba atento y no supo si era a causa de la mezcla de calor y ardor que se producía en su garganta o debido a la seguridad que le proporcionaban sus tacos altos, pero se sintió extrañamente poderosa.
extendió el vaso hacia su compañero juguetonamente sintiéndose complacida cuando lo vió acercar su boca sin dudar en vez de agarrarlo por sí mismo y casi automáticamente inclinó el vaso para facilitarle la tarea, mientras sus miradas seguían luchando entre sí, ajenas al mundo, a la fuerte música, a los gritos de sus amigos que aún desde esa distancia se oían como ecos, ajenos al ceño fruncido de mauro que los observaba desde la oscuridad de una esquina.

observó a agustín en todo el proceso de saborear el licor hasta pasarlo lastimosamente por su garganta y casi pudo sentir en carne propia el calor en el estómago que él debía estar experimentando.
quería que la besara, lo necesitaba con desesperación, moría por saber si el podía darle lo que ella necesitaba, si podía llenar aquel vacío insoportable, agobiante, cruel, insaciable.