Still

18

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Nos quedamos un rato más abrazados, estoy realmente a gusto, pero si no queremos que nadie se de cuenta de lo nuestro, por lo menos de momento, debemos volver con los demás. Trás un último beso salimos andando y volvemos a las toallas. Están todos dandose un chapuzón menos Blas, que según nos ve acercandonos niega con la cabeza. Temo que nos haya descubierto, pero no nos dice nada, así que me relajo, me deshago de mis pantalones y voy a pegarme un chapuzón con el resto.

El agua está buenísima, me separo del grupo y nado mar adentro para despejar mi cabeza. Desde el beso con Álvaro non he dejado de pensar en Blas, se que no debería, pero mi mente no hace más que traicionarme con su recuerdo. Miro hacia la orilla y los veo, a los dos. Mi corazón late fuertemente. De repente noto un calambre en una pierna que me arrastra hacia el fondo. Doy un grito cuando consigo salir a flote, pero otro calambre me vuelve a arrastrar. Sin querer trago agua y ya no consigo volver a subir a la superficie.

　

Oigo un grito, busco en el horizonte y los veo a todos, a todos menos a Enma. Por un segundo la veo salir a flote y como vuelve a desaparecer. Salgo corriendo y sin pensarlo dos veces me tiro al agua y nado lo más rápido posible a su encuentro. No puedo perderla ahora, otra vez no. Paro un segundo a coger aire y me sumergo a buscarla. La veo en el fondo, con los ojos cerrados y nado a recogerla. la subo a la superficie como puedo y la arrastro a la orilla. Una vez allí todos nos rodean, ella sigue inconciente. Aparto a todo el mundo y le hago el boca a boca. Apenas rozo sus labios cuando ella abre los ojos. Una alegría inmensa embarga el animo de todos. La ayudo a incorporarse, aun no hemos apartado los ojos el uno del otro, quisiera no tener que hacerlo nunca.

- Enma, ¿Te encuentras bien?

- Creo que si.

- Vaya susto nos has dado, ¿Que pasó?

- Álvaro yo, lo siento, no quería asustaros. Estaba nadando y me dió un calambre.

Veo la preocupación en la cara de Álvaro y como la abraza, cada vez tengo más claro que entre ellos hay algo, el corazón se me desgarra, pero yo no soy quien para decirles nada, aunque esto me este doliendo.

Decidimos recoger todo y volver a casa, Enma debería descansar despúes de este susto. Como llegamos temprano los chicos deciden aprobechar e irse antes, y aprobechar para pasar la tarde en sus casas. Cuando todos se van acompaño a Enma a su casa. mientras ella se da una ducha y se cambia de ropa, aprobecho para preparar algo de pasta con atún y tomate. La cocina no es lo mio. Preparo la mesa y cuando la escucho bajar pongo la comida en la mesa.

- Eso huele rico.

- No es nada de otro mundo, pero nos servirá.

- Seguro que está riquísimo.

- Eso no lo dudes.