Still

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(Blas)

Estas semanas han pasado muy rápido, pero me ha dado tiempo a buscar entre las cosas que deje en casa de mis padres más cartas y regalos de Enma. Como pudo ser que nunca le respondiera a ninguna si todas están llenas de buenos sentimientos y cosas bonitas. No he tenido ni una sola mención en twitter con ella cuando si lo he hecho con otras que no decían más que tonterías. He sido un idiota y me merezco que me haya olvido. Solo espero q  a mi regreso pueda perdonarme y no me odie demasiado. 

He decidido quedarme una semana más en casa de mis padres e intentar localizar al resto del grupo. Me gustaría saber que fue de ellos y si fuera posible tener una comida o una cena para recordar viejos tiempos. Enciendo mi viejo ordenador de mesa y entro en mi correo para ver si alguno ha respondido a mis mails.

 Carlos ha sido el primero,  está casado y tiene una hija de 3 años. Han montado un karaoke en el centro de Madrid y no les va del todo mal. Le encantaría quedar con todo el grupo y nos deja su local para cenar allí, el se encarga de organizarlo.

El siguiente correo es el de Álvaro. Sigue con la chica con la que estaba cuando le perdí la pista, por lo visto ha sido ella la que más lo ayudo con la disolución del grupo. Trabaja de camarero a las afueras de Madrid y podría quedar solo los miércoles que es su día libre.

David me cuenta que sigue soltero y que se mantiene en contacto con Dani, que tienen un dúo musical y trabajan por las fiestas de Madrid, están muy ilusionados con poder quedar los cinco.

Organizo todo con ellos para este miércoles, me gustaría poder estar el viernes en el pueblo. Salgo a dar un paseo por el centro de Madrid y me acerco al karaoke de Carlos. Es un sitio pequeño pero acogedor. Me gusta nada más entrar. Detrás de la barra hay una mujer preciosa rellenando las neveras para la noche. Y encima del escenario una niña pequeña intentando coger el micro. Me acerco y se lo doy.  Es el vivo retrato de Carlos. Por una puerta lateral sale el.  Una sonrisa ilumina su cara, no ha cambiado nada. Me acerco a abrazarlo y siento que nuestra amistad sigue igual de fuerte que antes. Nada ha cambiado entre nosotros. Nos sentamos en una mesa  y preparamos todo lo necesario para que la noche del miércoles sea inolvidable.

(Enma)

Han pasado ya más de tres semanas y Blas sigue sin dar señales de vida, la casa sigue cerrada a no ser por un equipo de limpieza que viene todos los jueves. No tengo nada que hacer y me desespero, ya me había hecho a la idea de tener por lo menos un vecino con el que charlar de vez en cuando. Al final me decido a aceptar una invitación de una amiga que tengo en Madrid, se va a pasar una semana a valencia y deja su piso de Madrid para que pase esos días, asique hago mi maleta, cojo mi coche y parto sin pensarlo más hacia Madrid.