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Cuando llegamos al pueblo estaba reventado, y lo que menos me apetecía era ponerme a limpiar asique decide subir al ático donde tenía todos mis recuerdos. Aun estaba todo en cajas, pero me gusta de vez en cuando abrir alguna carta de las que aun no he tenido tiempo de leer y recordar aquella época cuando era feliz encima de un escenario. Me puse a buscar una de las cajas con cartas  y cuando la encontré encendí la radio y puse la carpeta de nuestro grupo, todas las canciones seguidas, y me senté en mi sillón favorito. Con un suspiro escuche los primeros acordes de stop and listen y me dispuse a abrir la primera carta del montón.

Después de casi veinte cartas las lágrimas salen de mis ojos sin permiso. ¿Como ocurrió? ¿Cuándo? Sigo leyendo y no entiendo como después de decirnos tantas  y tantas veces que nos querían, que éramos los mejores y que siempre nos seguirían hemos podido caer en el olvido. ¿Será culpa nuestra? ¿No habremos sabido crecer con ellas? Sigo sin respuestas. Sigo leyendo y me encuentro un sobre verde algo más grueso que los demás. Lo dejo a un lado y me acerco a la ventana a respirar un poco de aire y a aclarar mis pensamientos. En la casa de enfrente se ve luz en una de las habitaciones del piso de arriba. Enma debe de estar en su cuarto. La música se oye muy bajita, pero parece que suena David Bustamante, hoy tengo ganas de ti. Hacía muchos años que no la escuchaba. Esta chica me sorprende, en un solo día ha hecho que me olvide de mi tristeza mientras estoy con ella. Pero al volver a casa la soledad se apodera de mí y los fantasmas de mis recuerdos vuelven. Ya no queda nada de ese chico risueño que se pasaba el día riendo, cantando y haciendo el tonto para sus fans. Me he hecho mayor. Ellas se han hecho mayores, puede que se hayan cansado de esperar a que contestáramos a sus cartas. Puede incluso que se hayan casado y hayan tenido hijos e hijas que por supuesto ya no escuchan nuestra música. Ya nadie recuerda a esos cinco chicos que ponían toda su alma en el escenario.  Ahora hay mil grupos nuevos que nos han sustituido en los corazones de las nuevas generaciones.

 Vuelvo a mi sillón resignado a mi suerte. El sobre verde esta esperándome, lo abro, en mis manos cae un collar. Es un simple cordón negro con una capsula como colgante. ¡Vaya sorpresa! Dentro hay un grano de arroz con mi nombre y el de una chica. Enma. De fondo suena Still, es mi canción favorita. Vuelvo a mirar el sobre y me fijo en la dirección. ¡No puede ser! Es la dirección de la casa de enfrente. Enma era una de mis fans. Con las manos temblorosas por la sorpresa saco una pequeña nota de dentro del sobre.

StillDonde viven las historias. Descúbrelo ahora