Katherine

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Era un día como cualquier otro, me levanté, me puse el uniforme, me peiné y baje a desayunar. Mi madre preparó mi desayuno como todos los demás días, un café con unas tostadas. Al terminar cepillé mis dientes, agarré una fruta, la guardé en mi mochila y me fui hacia el auto. Mamá me llevaba todos los días al colegio, era cerca pero odio caminar. Al llegar bajé del auto y cerré fuerte la puerta, era muy común mi mal humor por las mañanas, y sobre todo mi madre tampoco me dirigía la palabra. Mientras todos los alumnos se dirigían hacia el patio para la formación de todos los días, yo me dirigía a la puerta de mi aula y esperaba sentada hasta que vinieran todos y la abrieran.

Empezaré contándoles que mi nombre es Katherine Goulding, me quedan tres años por terminar mis estudios en esta escuela, pero dudo hacerlo. No me gusta ni me interesa estudiar, mis notas no son buenas, por lo que mis padres quieren mandarme a un internado no muy cerca de acá, en verdad me da igual. En mi actual escuela solo me llevo bien con Danny, él es un gran amigo, siempre está conmigo, como un hermano. Él no quiere que me vaya, pero una nueva vida sería buena para mí.

Entramos y nos acomodamos en nuestros lugares, yo me sentaba junto a Danny, y detrás del grupo de chicas que les iba bien en todas las materias y parecían tener una especie de líder, Annie. Ella era una chica que tenía diez en cada examen, que le gustaba competir con mis compañeros por las notas, y si fallaban y sacaban un 9 se sentían acabados. Era bonita, rubia, de ojos marrones y alta.  Por momentos podría llegar a agradarme pero por otros no, cada vez que pasaba a su lado le gustaba mirarme de arriba-abajo, y hacer ciertas caras de disgusto, lo que hacía reír a sus amigas, pero no a mí. Yo soy morocha, de ojos celestes y pecas, y sus miradas de disgusto no hacían más que hacerme sentir desagradable.

En los recreos nos tirábamos en el piso con Danny, comíamos frutas, cantábamos y charlábamos, me sentía un chico más con él, y me encantaba. No soy de esas mujeres que les gusta estar coquetas y ser superficiales con los chicos, tratando de demostrar ser perfectas, no me interesaba nada de eso. Y Danny no me quería más que por esto, nuestra relación de mejores amigos no iba ser más que eso, él no tenía novia, era atractivo. Yo tampoco tenía novio, nunca tuve uno, no me gustaba mucho hablar con los demás chicos, demostrarme cariñosa, yo soy una chica bastante fría, no vivo demostrando mis sentimientos, y no siempre es necesario demostrarlos. Si bien mis compañeros me hablaban, yo hablaba con ellos, pero no me interesaba entablar una amistad porque eran muy superficiales, y yo para ellos aunque fuera una chica, no era buena, yo soy un desastre, no estudio, y tampoco hablo mucho.

Después de cada día de escuela siempre hacíamos algo con Danny, las opciones iban desde ir a mi casa, no tocar nada de la tarea que nos dieran, aunque fuera mucha, y mirar películas, jugar a la Xbox y preparar unas buenas meriendas. Lo mismo en su casa, aunque el sí hacia su tarea ya que estaban sus padres y yo mientras charlaba con ellos, eran muy buenos. O ir a Starbucks o algunas cafeterías. Los dos somos amantes del café y nos encantaba acompañarlo con un Muffin.

Y después de las meriendas o almuerzos con mi mejor amigo, mi vida se basaba en estar encerrada en mi habitación escuchando música, mirando tele, o hearteando imágenes en we heart it. Nunca fui amante de los deportes, y más que obvio que no concurría a esas clases en la escuela.

Mis padres estaban desde la mañana hasta la noche trabajando, y cuando mi madre estaba libre le gustaba salir con sus amigas, nunca me invitaba a merendar con ellas, pareciera que no le gustara mi compañía, no era mala, siempre junto con mi padre querían lo mejor para mí, pero las actitudes que teníamos los tres juntos no eran muy agradables. Las cenas se basaban en estar callados mirando la televisión, por supuesto jamás la pregunta de ¿Cómo te fue hoy en la escuela?, era más que obvio que mal. Tal vez me preguntaban cómo estaba Danny. Era triste, aunque nunca lo demostrara yo quería a mis padres, y siempre me hubiera encantando que me demostraran ellos el cariño, teniendo mas charlas juntos, y saliendo de compras y esas cosas.

El principio del fin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora