Es un día caluroso en el cuál la temperatura no para de subir. Estamos en el subsuelo, en la biblioteca. Uno mas dormido que el otro, y nuestra profesora de arte seguía hablando de las canciones con sus mensajes subliminales, algo que asustaba, todas las canciones que podían pegarse en nuestra mente y nosotros repetirlas todo el día, sabiendo que al darlas vuelta no dicen lo mismo... Aunque aquel tema de conversación en clase sea entretenido, no impedía que el sueño me atacara y mis ojos se cerraran lentamente.
En la hora de literatura el director llegó a nuestro salón junto a un chico, el nuevo. Su nombre es Pier Le' Marc, un chico alto, de piel blanca, ojos grises y pelo un poco largo y lacio. Venía de Francia. La profesora de literatura hizo que se sentara a mi lado. No era un chico feo, pero no era mi tipo, y no lo digo por cómo era físicamente, sino que era un idiota. Desde que había llegado lo único que había hecho era hablarme de su familia y las cantidades que tenían de dinero, que tenía varias chicas detrás, sus buenas notas y no paraba de decirme "nena, ya verás que terminarás enamorada de mi". O cuando me encontraba con Skyler hablando en los pasillos, venía y me abrazaba y besaba mi mejilla haciéndose el sexy. Era desquiciante.
Ese chico me daba asco.
Después de almorzar junto a Pedro, me encaminé hacia mi cuarto, las ganas de dormir me superaban, cuando entré me di cuenta de que Skyler no estaba. Tardé unos minutos en darme cuenta que era miércoles, y era la hora de deporte. Salí corriendo hacia la pista de atletismo.
Además de haber llegado tarde, las caras de mi entrenadora y mis compañeras mientras morían corriendo bajo el fuerte sol de las cuatro de la tarde.. ¡eran fuertísimas!.. Intimidantes.
-Media hora tarde Goulding.
-Perdón, casi olvido esta clase.
-A la pista, media hora de resistencia, sin parar. ¡Ya!.
Mientras cumplía mi castigo a mala gana, bajo los rayos del sol y el insoportable calor, escuchaba a mi entrenadora gritar "Si claro, olvidar la clase. Es obvio que no se te antojaba venir Katherine". "Levanta esas rodillas si quieres aprobar esta materia".
Obvio que no quería venir, pero estoy aquí. ¿Acaso no me ve? Quería gritarle.
Todas mis compañeras se habían ido, el tiempo pasaba y yo seguía dando vueltas interminables en la pista.
Al terminar la entrenadora juntó sus cosas y me dejó sola.
Me acosté en el pasto, estaba exhausta.
Al rato alguien vino y se acostó a mi lado, solté una pequeña risita, pero mi sonrisa se deshizo rápidamente, era Pier. Yo pensaba que era Mat...
-Hola bombón.
-Hola Pier.
-¿Qué pasa? Yo sé que estás feliz de verme.
-No.
-Que actitud más asquerosa que tienes. Deberías probar ser más simpática.
-Prefiero ser así de seca que ser falsa-le dije poniéndome de pie- mira, no me caes bien, no estoy detrás tuyo como cualquier otra. No soy cualquier otra.
Quería estar sola, me fui a caminar y termine junto al lago que había detrás del Instituto, sentí que alguien me seguía, pero no pude ver a nadie.
Ya sé que mis actitudes dan asco, pero ya lo dije, la simpatía no va conmigo. No le caigo bien a nadie, solo a mis amigos y esos son aquellos Verdaderos amigos. Suelo ser fría para que nadie destruya mis sentimientos. Mi simpatía no es algo en lo que me tengan que ayudar, sino que es algo en lo que tengo que trabajar.
Y divagando en mis pensamientos sentí que alguien estaba detrás de mí. El idiota, Pier me había seguido y tenía una sonrisa maliciosa, esas de las que esconden algo.
Comenzó a acercarse lentamente, mientras yo caminaba hacia atrás, hasta que no pude dar ni un paso más o caería al lago.
-Escúchame bien zorra, yo no soy alguien al que puedes maltratar. Mejor tenme respeto- empezó a agarrar mi brazo y apretarlo fuertemente. El chico cariñoso que aparentaba ser con todos había desaparecido, era totalmente violento. El miedo corría por mi cuerpo- harás lo que te pida y empezarás a ser simpática conmigo. ¿Está claro?-
Pero no respondí, estaba procesando cada una de sus palabras. ¿Hacer lo que me pidiera? ¿Con que mierda pensaba amenazarme este enfermo?
El miedo me debilitaba, no podía empujarlo.
-Y ahora trata de nadar- y sin decir más me empujo con todas sus fuerzas, posando sus manos sobre mi pecho y quitándome gran cantidad de aire. Mientras caí al lago el aprovechó para salir corriendo lo más rápido que pudo.
Intente nadar, pero empecé a desesperarme. Aquella verde agua, llena de pasto, hojas, ranas y quien sabe que reptil pesaban, tiraban mi cuerpo hacia abajo. Y yo no sabía nadar, el aire cada vez era más escaso y trague muchísima agua.
Y lo único que recuerdo es a Matt saltando al agua, agarrándome en brazos y dándome respiración boca a boca sobre el pasto. Hasta recobrar el aire y la conciencia.
-Lo pienso hacer mierda a aquel niño. Las pagará
-¿Cómo sabes quién fue?
-Te seguí desde que intentaste evitarlo, sabía que algo andaba mal.
-Gracias.
-No me agradezcas, tienes suerte de que me importes y por casualidad decidí seguirte.
"Quizás la suerte esté en los martes 13, en los gatos negros o en los espejos rotos y nosotros solo la esquivamos".
"tienes suerte de que me importes" ...
Le importo.
-¿Te importo? ¿Qué es lo que me ves?
-Te veo como un misterio. Tómalo como una amenaza.
¿Yo un misterio?
-¿Por qué?
-Porque los misterios hay que resolverlos.
-Te decepcionarías al conocerme realmente, en verdad doy asco.
-¿Y si en vez de decepcionarme, como dices, me sorprendo?
Sin más que decir nos besamos.
Fue muy difícil, mientras en mi mente pensaba si debía alejarme o intentarlo un poco más.
-Te debo una explicación, pero antes te acompaño y te das un baño.
Cenamos juntos en su habitación, mientras me contó lo que sucedió con Emilia, por quien me juró que no sentía más nada. Le creía, le creo, creo.
Y por la noche volví a mi habitación, fue un día muy movido.
ESTÁS LEYENDO
El principio del fin.
RomansaEs el comienzo de una nueva vida para Katherine. Pero.. ¿si esto indica que es el fin?. Los grandes cambios siempre vienen acompañados de una fuerte sacudida. No es el fin de una vida, es el comienzo de otra. Cualquier coincidencia con la realidad...