El principio del fin.

No fue mucho el tiempo que estuvimos juntos pero sí puedo decir que valió la pena. ¿Por qué lo digo?

Bueno el inicio de mi fin comenzó el lunes por la mañana ¿recuerdan que les comenté cuando sentía muy cerca la mirada de mi director? ¿También recuerdan a mi profesora de literatura?

Jamás hubiera pensado que en ellos radicaría el problema.

Era una día hermoso, junto a Skyler decidimos levantarnos temprano para desayunar y pasar una mañana junto al lago antes de tener que entrar a clases. Era nuestra última semana en el instituto ya que el sábado teníamos el vuelo para Argentina. Pero nuestros planes se vieron interrumpidos cuando el Director me citó a su oficina de manera inmediata.

Dejé a mi compañera desayunando sola y me apresuré a ir junto con el Director, su voz en el parlante sonaba algo frustrada, y absolutamente todos los alumnos que se encontraban en la cafetería me miraban sin entender nada. No era muy común que el director llamara a los alumnos para charlar por un parlante.

De camino a su oficina me cruce a Matt, estaba llorando. Me paré en seco e intenté abrazarlo, pero no me lo permitió, me quitó rápidamente.

-¿Qué sucede?

-Se terminó, Kathe ya está. Esto no funciona, te quiero, pero ya está.

-¿Te diste por vencido así sin más?

-Escucha a tu director. Me voy, habrá algún momento para charlarlo quizás.

Intentando meter las lágrimas adentro, entré a la oficina bruta y asustada.

El director estaba con la peor cara, el ceño fruncido y los cachetes colorados, mi intuición me decía que había discutido, y no me traicionaba.

A su lado habían dos asientos, uno donde estaba mi profesora de literatura y otro para mi.

-No hace falta que digas nada, ya lo sabemos. Acabo de echar a uno de mis mejores profesores en esta institución y lo hice para que no sigan sucediendo cosas como estas. ¿Katherine te parece algo normal salir con un profesor?- preguntó con un tono muy severo.

-No.

Juana comenzó a reirse y luego se levantó de su asiento, caminando a mi alrededor para posicionarse a mi lado izquierdo. -¿Sabías que hay una ley en la que se prohíbe que un alumno salga con un profesor? Por tu culpa echaron a Matt, y por tu culpa él rompió con Emilia.

-No es cierto - quise levantarme y gritar cual niña de siete años cuando le quitan una de sus muñecas tan solo para molestarla - Matt terminó con Emilia antes de estar conmigo, yo no tuve nada que ver.

-Cierre la boca Goulding. No estamos acá para discutir. Sólo es para informarte que todo terminó entre ustedes dos, y mejor que no intentes nada cuando entres en la universidad.

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Matt me esperó en mi habitación para sacarme toda duda alguna. Todo había terminado cuando menos me lo imaginé.

-Contraté a unos abogados para recuperar mi trabajo. Pero no puedo oponerme, tarde o temprano se iba a terminar. Voy a extrañarte - se acercó para darme lo que parecería un último beso. Pero lo aparté.

-¿Por qué tan fácil te das por vencido?

-Porque ya no puedo hacer nada. Lo hago por vos, quiero que estés tranquila en la universidad y te concentres en tus estudios. Mañana cuando te llamen a declarar dirás que no hice nada.

-¿Por qué?

-Porque se que me amás y lo harás por mi. Quiero que terminemos lo mejor posible, quiero que sigas respondiendo mis mensajes por lo menos a distancia.

-No pienso hacerlo.

Dicen que el dolor es lo que cambia a las personas. Se puede decir que si, es real. No sé si la palabra adecuada es cambiar, pero si aprendemos de él. Declaré obviamente a favor de Matt, diciendo que no tuvimos nada que ver. Si bien no sé si nos creyeron, pero Matt recuperó su trabajo y yo tenía que hacer mi bolso porque me iba.

Matt no tuvo peor idea que llevarme al aeropuerto. Lo que más me duelen son las despedidas.

-Te lo voy a confesar, no puedo hacerme la dura. No voy a pasar un minuto sin pensar en vos, sin extrañarte, siempre te voy a recordar.

-No pienses que te vas a librar tan fácil de mí, y no me refiero a que voy a escribirte... Voy a volver a verte. Te amo Kathe, gracias por ser tan importante, sos una gran persona, que nunca se te olvide.

El único final feliz entre nosotros hubiera sido nunca habernos conocido.

Las lágrimas comenzaron a correr por mis mejillas, estaba angustiada. El fin...

Siempre, siempre, siempre el fin dura más que el comienzo.