𝟎𝟎𝟏.

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"𝗬 𝗘𝗡𝗧𝗥𝗘 𝗧𝗢𝗗𝗔𝗦 𝗟𝗔𝗦 𝗘𝗦𝗧𝗥𝗘𝗟𝗟𝗔𝗦 𝗘𝗟𝗟𝗔 𝗦𝗘𝗚𝗨𝗜𝗥𝗔 𝗦𝗜𝗘𝗡𝗗𝗢 𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗦 𝗕𝗢𝗡𝗜𝗧𝗔"

Hoy era uno de esos días en que la luna aún se podía ver a tempranas horas de la mañana, la luna menguante iría desapareciendo poco a poco mientras la luz del sol cada vez iba haciendo más presente, obligando a la luna a marcharse.

Poco a poco la luz del sol se empezaba a colar por la pequeña ventana del baño, iluminando por completo la pequeña habitación, solo dejando en oscuridad la mitad del rostro de la chica. Ella se miró por última vez al espejo fijándose que todo estuviera correcto, pasando sus manos por última vez por su cabello y su atuendo para luego guardar el corrector y la base que ya estaban casi vacías. Tal vez su madre lo notaría y la regañaría por usar su maquillaje, aunque no es que le importara demasiado.

Bajando las escaleras se dirigió a la cocina buscando algo de comer en el refrigerador, el cual está repleto de cosas aunque nada de lo que le apetecía comer. Hurgando un poco pudo ver unas cajitas de jugo, no es que eso alimentara aunque en todo caso, no le interesaba para nada llevar una dieta saludable, se conformaría con solo sentir el sabor de algo dulce en su boca.

La luz del refrigerador dejó de iluminar su rostro al cerrarlo, aunque de igual manera volvió a abrirlo para ver si aparecía algo mágicamente, después de un par de intentos y entender que nada aparecería se rindió y comenzó a caminar hacia la salida.

—Qué asco, es lunes otra vez, los lunes no deberían existir. . . —hablo para ella misma siendo víctima del sufrimiento constante que llamaba escuela.

Sin ningún tipo de ánimo Hoshi tomó su bolso y guardó en uno de los bolsillos el juguito que había sacado y caminó arrastrando sus pies hasta el genkan donde se encontraban los zapatos de la escuela. Antes de abrir revisó si le faltaba algo para poder irse en paz, llevaba las llaves y no había dejado nada corriendo ni nada enchufado así que dando un último suspiro sus dedos se deslizaron por el pomo de la puerta para abrirla con suavidad. Los rayos del sol que habían golpeado su rostro fueron inmediatamente obstruidos por aquella imponente figura.

—Ni lo pienses —tomando el atrevimiento la joven puso sus delgadas y frágiles manos sobre el pecho del chico que sin decir nada solo entró dándole un pequeño empujón para apartarla del camino como si se tratara de una pluma y se adentraba en la casa tirandose vagamente en uno de los sillones.

—¿Tienes algo para desayunar? Tengo hambre —habló con su usual voz cansada mientras tiraba su bolso a otro sillón imitando un tiro de a 3, haciendo a Hoshi suspirar cansada y bastante molesta por lo maleducado que podía ser a veces.

—Aomine. . . Levanta tu negro trasero de mi sillón y largate de mi casa, tengo escuela hoy y un examen por rendir aparte no quiero pelear con Momoi otra vez por esconderte aquí.

—Ay que mala amiga eres. . . —él no tenía pensado levantarse y sería estúpido que ella intentara sacarlo por la fuerza, él la doblaba en fuerza y tamaño—. ¿Me vas a dar de desayunar?

—Exactamente porque soy tu amiga y me preocupo por ti y quiero que vayas a la escuela —suspiro rendida al ver la indiferencia del moreno—. ¿Si te preparo panqueques irás a la escuela?

—Depende si están ricos o no.

—Jamás te he preparado algo malo. . .

Hace una semana Aomine agarró la mala costumbre de ir hacia la casa de Hoshi para esconderse de la escuela y los entrenamientos, en un principio fue "genial, yo tampoco tengo ganas de ir hoy" pero después de tres días ya no era divertido.

blue eyes | daiki aomine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora