blue eyes | daiki aomine.

𝟎𝟎𝟑.

Con suma delicadeza él la sentó sobre una de la orilla de la pileta antes de sentarse junto a ella, que tenía su cabeza agachada por la vergüenza, haciendo enfurecer al moreno. 

—Antes que nada, levanta tu cabeza —Hoshi obedeciendo lo miró a los ojos, eran tan azules como el mar y pareciera que se podía ahogar de tan solo mirarlos, poco a poco sus ojos se fueron humedeciendo más de lo norma hasta el punto que una pequeña lagrima intentó bajar por su mejilla, aunque esta fue detenida por el pulgar de Aomine—. Ahora quiero que me expliques qué mierda acaba de pasar.

—No pasó nada... 

—No llorarías por nada —quería ser comprensivo pero si ella no colocaba de su parte sería imposible hacerlo. Hoshi había estado siempre para él y por una vez quería devolverle la mano—. Hoshi dímelo o lo averiguaré yo solo y te saldrá peor.

Ella soltó un suspiro casi como si estuviera resignada a contarle, así que guardo silencio y jugó un poco con el agua de la pileta mientras pensaba en como librarse de esa, y en su rostro se formó una sonrisa... En un instante tiró un "poco" de agua al rostro de Aomine y salió corriendo.

—¡Hoshi! —Por un momento quiso enojarse pero no pudo hacerlo al verla riendo como no lo hacía hace años, no quería admitir que su dulce amiga había perdido todas las esperanzas de vivir.

Tomó la bolsa y sin nada de esfuerzo la atrapó cayendo los dos al césped, no fue el típico golpe romántico donde él quedaba encima y ella reía abajo, fue un feo golpe en el rostro de Hoshi contra el piso y él casi se dobla la muñeca intentando no aplastarla.

—¡Ves lo que haces tarada! —dijo regañándola mientras le limpiaba la sangre de la nariz con una parte de su polera y ella intentaba no reírse—. Dios Hoshi. . .

—Has sido toda una madre conmigo ¿Tienes fiebre? O tal vez te diste en la cabeza con algún balón.

—Claro que no, la madre aquí eres tú, ¿si te pasa algo quién me va a salvar de las horribles comidas de Satsuki? no quiero morir de hambre si no estas...

—A veces pienso que solo eres mi amigo por la comida...

—Estás en tu derecho de pensar lo que quieras —bromeo para que ella le diera un golpe en las costillas y luego se acomodara en su pecho—. ¿Qué haces?

—He tenido problemas en la preparatoria, mis amigas no se llevan bien con ese grupo y hemos peleado varias veces, lloré porque me asuste ahora que estaba sola, no es nada de lo que tengas que preocuparte... —soltó de repente en un tono neutro, él solo abrió los ojos ya que no esperaba que lo dijera así de repente.

Claro todo lo que dijo fue una mentira sus "amigas" la habían aislado como si tuviera peste o algo por el estilo, Hoshi ni siquiera sabía el motivo por el que le habían hecho eso, incluso los primeros días ella intentó hablarles pero solo recibió en respuesta que la miraran de pies a cabeza y se rieran de ella.

Estaba demás decir que Aomine no le había creído nada... Pero lo averiguaría de un modo u otro.

—Tanto alboroto por una pelea de mocosas... Y quítate de encima, me tienes que dar almuerzo ahora.

—¡Es cierto! ¿Y qué vas a querer? —levantándose ambos partieron rumbo hacia la casa de la pelinegra, el ambiente era mucho menos tenso pero no podía evitar pensar que algo malo le estaba pasando.

Durante el camino él solo pudo observar en silencio los labios de Hoshi moviéndose para contarle cualquier estupidez, sin poder sacarse de la cabeza la idea de que Hoshi le ocultaba algo. Así que no era capaz de murmurar algo más allá de "Mmmm" cuando ella le hablaba sobre algo pero ella estaba acostumbrada a la indiferencia de él así que no le daba mucha importancia, después de todo sabía perfectamente que él la estaba escuchando y con eso era más que suficiente.