Ya habían pasado alrededor de tres semanas desde que Hoshi se había unido al club de basquetbol, las cosas mejoraron notablemente para todos.
Pero aún había cosas que no encajaban; como el miedo de Aomine de dejar sola a Hoshi, creía que podría pasarle algo en cualquier momento. Así que estaba la mayor parte del tiempo con ella o observándola desde lejos.
Pero en ciertos momentos él quería su espacio; como ahora, estaba tomando el fresco en la azotea.
Unos pasos por la escalera lo alertaron, probablemente era Momoi, pero no, al abrir sus ojos se encontró con la pelinegra que traía dos bentos envueltos en un pañuelo de cocina con estrellas. Una pequeña sonrisa se escapaba de sus labios, ella le estaba trayendo almuerzos desde el segundo día en la preparatoria, meramente por gusto, con la condición de que al menos fuera a la mitad de los entrenamientos de la semana.
—Oye infeliz al menos ten la decencia de ir a buscar tu almuerzo —dijo acercándose a dejar los bentos con comida.
—Para qué hacerlo si sé que tú me lo traerás de todos modos —añadió para sentarse y ver cómo Hoshi se apoyaba en el barandal.
El viento corría de forma distinta, era tranquilo pero movía todos los cabellos de Hoshi.
—Tienes razón... ¿Qué harías sin mí? —preguntó en un tono tranquilo, sin mirarlo.
—No lo sé... Morirme de hambre, supongo —rio ante sus propias palabras— ¡Hey! ¿¡Qué haces!? ¡Bájate de ahí!
Aomine veía como la pelinegra pasaba por el barandal, ahora tenía la mitad de su cuerpo en el aire y solo se afirmaba con una mano de aquel tubo metálico.
Al dar un paso para acercarse a salvarla ella levantó su meñique, ahora su vida dependía de tan solo cuatro dedos.
Hoshi por fin dio vuelta su rostro; tenía una sonrisa, diferente a las otras, una real. No ansiaba la muerte, ansiaba reunirse con sus hermanas, ansiaba terminar con su sufrimiento o tal vez solo buscaba quién la salvará de el.
—Hoshi no es un juego, ven aquí —al dar otro paso más ella levantó su dedo índice.
Tres dedos.
—¿Juguemos? —preguntó ella y él pareció dudarlo, pero si lo hacía por lo menos le cumplió su último "pedido", Aomine solo asintió—. Tienes... Treinta segundos para convencerme de que no me suelte. Solo dame una razón.
Aomine abrió sus ojos lo más que pudo, su mente empezó a maquinar lo más rápido buscando tan solo una razón para que no se soltara.
—Mañana sale la nueva revista de la Shonen Jump —realmente no había otra opción.
Dos dedos.
—Me parece la mejor razón para seguir viva —su cuerpo de balanceo hasta volver a estar pegado al barandal—. Ayúdame a pasar.
Aomine dio tan sólo dos pasos para llegar a donde estaba la pelinegra y sin nada de esfuerzo la tomó para ayudarla a pasar, pero este paro justo para dejarla sentada encima de la barra de metal.
El moreno hundía su rostro en el pecho de Hoshi soltando suspiros temblorosos.
—No hagas eso, tonta —susurro mientras ella le hacía cariño en su cabeza.
—¿Te asuste? —Preguntó con gracia.
—Cállate, aún estoy a tiempo para empujarte —era algo ilógico ya que la tenía abrazada como si el mundo se fuera acabar.
—¿De que te sirve salvarme si me terminarás por empujar de todas maneras? —volvió a decirlo en un tono burlesco y empezó a oler el cabello del moreno—. ¿Te bañaste hoy?
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blue eyes | daiki aomine.
Fanfiction愛 | 𝐁𝐋𝐔𝐄 𝐄𝐘𝐄𝐒. ❛ oh luna maldita me enamore de ti, en la forma en la que tus ojos reflejan las estrellas y cuando veo tu alma entiendo porque todos hablan de lo maravilloso que es el amor. ২ daiki aomine x oc. ২ en proceso. © no acepto copia...