𝟎𝟏𝟔.

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—¿Es mi idea o Aomine me está evitando? —la pelinegra habla haciendo que los que están en la mesa junto a ella dejen de hablar.

Momoi, Imayoshi y Fuyuki pusieron sus miradas sobre la joven que miraba al moreno que estaba sentado solo a varias mesas más allá dándoles la espalda. Los tres se miraron las caras antes de decir alguna palabra, pues la verdad ninguno notaba algún cambio en la actitud de Aomine, según ellos él siempre había sido así y por lo general siempre le gustaba estar solo.

Pero Hoshi si notaba un cambio, de camino a la escuela no se dirigieron la palabra en ningún momento pero eso era porque su madre los había ido a dejar en el auto, pero apenas bajaron él se desapareció de su vista, además que en ningún recesos se había molestado en buscarla o se había paseado por fuera de su salón.

—Yo lo veo igual de bruto que siempre —respondió Mizu, echándose un pedazo de comida a la boca, intentando no darle mucha importancia—. A tu amigo siempre le ha gustado hacerse el misterioso parece.

—A veces se pone así, probablemente ande en sus días.

—Imayoshi tiene razón. Hoshi tu sabes que hay días enteros en los que prefiere estar solo y no es nada personal, quizás mañana o cuando tenga hambre se le pase y nos hable. No te angusties por eso ¿Si? —la pelirosa acarició la espalda de su amiga, aunque parece no tomarle peso a sus palabras, ni a las de ella ni a las de ninguno, pues su mirada seguía clavada en la espalda de Aomine.

Tal vez lo que decían era verdad y que solo quería estar solo como la mayoría de las veces, pero cuando eso pasaba era distinto, se sentía muy distinto.

Pero si quería saber si la estaba evitando solo tendría una forma de saber. Y eso significaba ir a preguntarle, porque no tenía las energías suficientes para andarse evitando y peleando igual que la última vez, así que esta vez sería honesta consigo misma e iría a preguntarle si estaba bien para no ser tan obvia. Además era triste dejar a un amigo solo, en especial si está mal.

Por experiencia propia sabía lo que era estar mal y aislarse, cosa que no le deseaba a nadie, muchas veces es mejor estar solo pero nunca está demás saber que tus amigos están ahí para apoyarte.

—Voy a ir a hablar con él, espérenme un momento —dijo y sin esperar respuestas de nadie, se levantó de la mesa y partió directo a hablar con el moreno.

—¡No se de que nos sirve aconsejarte!

La pelinegra se volteo y con una sonrisa les saco la lengua a lo que los tres se quedaron mirando unos más ansiosos que otros claro, Imayoshi era el menos nervioso, incluso miraba como Hoshi se acercaba a Aomine a paso lento como su dosis de entretención diaria.

Miles de mariposas empezaron a aparecer en el estómago de la pelinegra mientras caminaba, aunque iba más feliz que nerviosa, creyendo que quizás la idea de que la estuviera evitando solo estuviera en su cabeza y que sus amigos tenían razón, además siempre se ponía tan nerviosa cuando hablaba con él.

Aunque la emoción no le llegó muy lejos. Viendo a cierta chica de cabellos naranjas llegar primero que ella, con una sonrisa más brillante e igual de linda y arreglada que siempre, junto con un yogurt en la mano que le entregó de inmediato al moreno. Pero nada de eso lo había hecho con intención, porque Akira ni siquiera la había visto.

Los tres jóvenes que se habían quedado en la mesa se golpearon la frente al ver a Hoshi con la cara llena de vergüenza girar sobre sus talones para volver rapidito a la mesa, como si nada de eso hubiera pasado.

—¿¡Por qué no los interrumpiste!? —grito la rubia con la boca llena, salpicándole a Imayoshi que la miró asqueado.

—¡Porqué es de mala educación interrumpir! —le respondió con la cara rojísima, robándole una galleta a Momoi y echándosela a la boca con rabia.

blue eyes | daiki aomine.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora