-¿Jefe?- digo con obvia sorpresa-¿Que. Que hace aquí? ¿Cómo me encontró?
-Yo. Yo...- me mira de arriba abajo- yo necesitaba... Venir...
-Usted me despidió. Ya no tengo nada que ver con usted. Vallase...
-No. No voy a irme. Yo. Yo vine a buscarte.
Él me miraba la cara. Sentía que la detallaba muy bien.
¡¡Tengo moretones!!
Que pena.
Ahora, ¿que va a decir?
Por Dios...
-Ema...- me saca de mis pensamientos locos.
-¿Si?
-Puedo pasar?
No.
-Si claro.
Él paso y se quedó parado en el medio de la sala, observando todo el lugar.
-Tome aciento señor- dije un poco fría.
Él me miró de arriba abajo de nuevo y se sentó.
Yo estaba con un short muy corto para estar así delante de él.
Yo un poco apenada me senté al frente de él.
-Ema... Yo quiero que vuelvas a tu trabajo. No era mi intención hablarte así- dijo honestamente.
-Es que... Yo no lo comprendo. Usted me corrió. Y ahora ¿viene a buscarme?
-Ya te lo dije. No quería decir esas palabras no, eran ésas. ¿Que te pasó?
-¿No eran ésas? Y entonces ¿cuáles eran?
-Yo. No comprendo. ¿Que te sucedió?
-Que me sucedió de que? Y no me desvie él tema ¿Que era lo que usted quería decir entonces?- digo algo molesta- recuerdo muy bien lo que me dijo. Que yo era una niña entrometida. Usted me dijo que me fuera por donde entre.
-Si ya lo sé. Pero... ¿Te golpearon?
Mi rostro se sonroja un poco de la vergüenza.
-Eso no es su asunto.
-Si lo es eres mi secretaría.
-Soy su secretaria y más nada. A usted solo debería importarle que yo arreglé papeles y yá.
-No. Yo- lo interrupo.
-Y además. ¿Que cosas digo? Yo ya no soy su secretaria. Usted me votó. ¿Lo recuerda?
-No. Yo solo dije. Que podías salir por dónde entraste si te molestaba lo que te decía.
-Eres un...
-Un qué?
-Nada olvídelo.
-No. Quise correrte quiero que vuelvas.
-¿Se arrepiente?
-yo... Yo... ¡No!- dijo y se levantó.
-¿Que?
Mi cara de furia se transformó en confución. No me esperaba ese tipo de respuesta. Mejor no me hubiera dicho nada, solo debía irse y yá.
Me miró una última vez, se dirigió a la puerta, la abrio y se fué. Así de la nada. Así porque sí.
No entiendo nada...
Viene a buscarme, a decirme que está arrepentido.
Y de la nada se levanta como loco y se va molesto conmigo, como si le hubiera dicho algo malo.
Solo me dirigí a la puerta y le puse pasador.
Subí a mi cuarto y me senté frente a la peinadora.
Mi rostro...
Estaba todo morado...
Era terrible...
Él me vio así...
Tal vez no era alguien de mucha importancia. Pero lo noto, me preguntó por mi apariencia.
Obvio no diría a él que era boxeadora. Eso solo me lo creo ni Yo misma.
Ni siquiera tengo porte de una.Me siento mal, y apenada más que todo. No pensé más nunca que el me viera así.
Un golpe en la sala me saca de inmediato de mis pensamientos.
Yo volteo a ver a mis espaldas y veo a... Matt.
¿Que hace aquí de nuevo?
-Ese. Ese. Ese tipo quién era. Puedo jurar que venía de aquí.
-Matt. El es me jefe.
-Ah. Con que tú jefe ¿No?. Y que ¿Te rebolcabas con él? Ja. De seguro que sí.
-No Matt. El me despidió.
-Claro. Será porque no se lo distes bien. Zorra. Tan siquiera eso haces bien. No hay crimen perfecto.
-Matt. Ya este tema me aburre. ¡Tu me aburres!
Por Dios. ¿Que acabo de decir?
-¡¿Te aburro?!- se exalta.
-No Matt. Yo...- no me deja terminar.
Su puño se posó sobre mi estómago. Yo caigo desplomada al suelo.
Otro golpe más se posó sobre mí. Este fue en la cara.
Me tomo del brazo y me besó con tanta rudeza que mis labios dolían.
Me tiró al suelo de nuevo, me dió una patada. Me dió golpes por todos lados de mi cuerpo hasta cansarse.
Yo ya estaba casi que inconsciente, toda desmayada en el piso. Sin fuerzas ni para respirar.
Matt. Me dejó en el suelo. Sentí el ruido de la puerta. Mire mi cuerpo y estaba sangrando mucho. Depronto sentí un escalo que recorrió todo mi frío por todo mi cuerpo. Me pose sobre mis manos en el piso.
¿Esto cuando acabaría?...
¿Yo dejaría de sufrir algún día?
Estoy sola en ésto...
Mi cuerpo callo de golpe en el suelo.
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La Espada Y La Rosa [TERMINADA✓]
RomanceEma fué algo ingenua y estúpida al creer en las palabras y mentiras de Matt, ella fué maltratada por el hombre al que algún día amó con todo su corazón, él la dañó, la lastimó e hirió sus sentimientos. Pero por suerte llegó un hombre a su vida, uno...