La Espada Y La Rosa [TERMINADA✓]

Capitulo 25

E aprendido a reconocer mejor mis errores. Unos de los primeros fue estar con Matt.

El otro fue Erik.

Desde que conocí a Erik aprendí a reconocer mejor mis errores, Erik no ha Sido un error en mi vida, pero si reconozco que ha Sido la persona que cambio mi vida por completo, antes deseaba morirme, pero ahora deseo vivir para estar siempre con Erik. No quiero ni voy a dejarlo.

Me bañé y me vestí.

Cómo era algo sencillo. Me coloqué un vestido corto hasta arriba de las rodillas, de color azul marino, con unos botines tacón de color negro. El estudio era pegado hasta la cintura, y se soltaba hasta arriba de las rodillas.

Dejé mi cabello suelto y natural. Me maquille algo sencillo. Solo base corrector polvo y rubor. Algo de brillo en los labios. Y espere a que fueran las seis y treinta para irme.

Mi cara a curado, las heridas que antes tenía han sanado por completo. Aunque en mi corazón aún quedan sicatrices y recuerdos de dolor. Lo he logrado superar. Todo se ha ido curando en mí. He aprendido a superar mis miedos, y ser atrevida en muchas cosas Erik me nombre vicepresidenta en la empresa. No es mucho mi trabajo, pero almenos hago algo.

Marco y yo nos emos hecho muy amigos. El es el fotógrafo de la familia.

Erik es celoso, pero más nunca como Matt. El me cela con todos los hombres. Hasta con Marco.

Mi embarazo va muy bien, no me falta nada. Erik se emociona cada vez que le hablo de un bebé. Está vuelto loco porque ya Nazca.

Apenas se ve medio una panza sin no crece mucho. Eso ha Sido de mucha experiencia para mí.

Salí a la parada de taxis subí a uno y llegue a la plaza acordada.

Vi a Erik sentado en una de las bancas. Llevaba puesto unos jeans con una camisa tres cuarta negra. Se veía muy bello. Y desesperado también. Amo verlo así.

Me acerqué a él sin decir nada quedando frente a él.

De inmediato levantó su mirada y se quedó embobado viendone.

—Hola— dije.

—Ema. Te ves... Hermosa.

Me cargó en sus brazos y me abrazo.

Le di un beso y me tomo de la mano para caminar.

—Erik y ¿adónde vamos?

—A un museo.

—Un ¿museo?

¿Esto en una cita o un recorrido de colegió?

—Si mi niña— me acostumbré a qué Erik me llamara niña, y a hasta me gustaba—¿Porqué?

—No. Por nada.

Llegamos al museo y entramos. Era grande y elegante.

Yo empeze a caminar viendo todo. Erik hacia lo mismo.

Había un muro mediano. Tenía una caja de cristal encima. Dentro de la caja había un anillo muy lindo con un diamante real. Más abajo tenía un escrito.

Erik se hacercó a mí y me abrazo por detrás.

—Mira que bonito anillo—dije señalandoselo.

—Si Verdad. Y mira dice algo abajo. ¿Me lo lees?

—ok.

"Había una vez una princesa. Ella era como una rosa, muy bella y delicada fragil al tocarla. Ella era maltratada por el mundo. Sus pétalos caían con cada golpe que llevaba. Pero un día llegó un hombre. Para nada a su altura. El la salvó de su infidelidad, el se convirtió en su Espada, su caballero fiel en la guerra constante de la vida. Ellos se convirtieron en la Espada y la rosa".

Este anillo representa su amor.  Dicen que el que lo otrorgue, tendrá un matrimonio para siempre. Hasta la muerte.

Quedé atónita con tan bella historia.

—Ema.

Yo volteo a ver a Erik quien tiene una gran sonrisa infantil en sus labios.

—¿Huh?

El hambre la caja de cristal y saca el anillo. Arrodilla una pierna y la otra solo la flexiona
De pronto todas las personas nos miraban atentos.

—¿Te casarías conmigo?

Mi mundo se paralizó por un momento, solo éramos el y yo.

Y esa pregunta que resonaba en mi cabeza.

¿Te casarías conmigo?

—Erik...

El solo me miraba atento.

—¡Si Erik si!

El se levantó de inmediato y me abrazo, y besó.

Todas las personas aplaudían.

—¿Erik tu mandarte hacer ésto?

—Por ti haría hasta lo imposible mi niña.

Un mes después...

Mi vestido era hermoso. La madre de Erik era costurera. Ella confecciono mi vestido.

Era pegado y tenía una cola de sirena hermoso que arrastraba. Tenía diamantes reales y yo llevaba hasta una corona.

Mi panza ya se notaba un poco más.

Salí al patio de la casa. Que estaba adornada con pilares y flores. Habían globos blancos y dorados.

Y cerca del padre estaba Erik. Vestido completamente de blanco. Caminé por toda la alfombra roja de la mano con Marco.y en la otra mano mi hermoso ramo de flores blancas y amarillas.

Erik me vio y yo al el. Compartimos muchas sonrisas mientras él padre hablaba.
Hasta que dijo:

Los declaro marido y mujer
Pude besar a la novia.

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