Treinta

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Narrador omnisciente.

Christopher Demonio.

Si las miradas matarán, Zabdiel ya estuviera muerto, y es que él puertorriqueño se había dado cuenta de todo... Ahora confirmaba sus sospechas de que Christopher había tenido que ver con el accidente de Joel, sin embargo no quiso decir nada hasta reunir más pruebas. Pero... ¿Que es lo que estaba pasando con Christopher? Estaba seguro que el Christopher que había conocido hace unos años en "La banda" no era este que ahora intentaba matar a sus propios amigos, algo estaba pasando.

Por otro lado el demonio salió de la cocina sin decir nada, y corrió al baño, puso el pasador y se sentó sobre el retrete tocándose la cabeza desesperado.

— Necesito matarlos a todos, lo necesito, cada vez estoy sientiendo mucha más fuerza, este cuerpo está por pertenecerme, pronto no tendré que fingir más, por eso es necesario deshacerme de todos estos malditos mocosos.

Se levantó y se retranco en el lavamanos mientras se observaba en el espejo, sus ojos habían pasado del café a un rojo intenso, el espejo comenzo a deformar el rostro del demonios, haciendo que este fruciera el ceño, pronto del otro lado del espejo apareció otro demonio, el rostro de aquel ser  parecía ser de un hombre común, además tenía porte  elegante, el hombre observó al falso Christopher y le dedicó una sonrisa escalofriante.

— Eres un estúpido — escupió el hombre elegante.

— Señor Agnez... — dijo el otro cuando reconoció al demonio que estaba del otro lado del espejo.

— Estás tan ocupado tratando de matar a estos idiotas, que no te das cuenta de lo más importante.

El falso Christopher frunció el ceño, no comprendía a qué se refería.

— ¿Que está diciendo señor? No comprendo a qué se refiere.

El hombre soltó una gran carcajada, la cual no contenía nada de humor, si no coraje.

— Me refiero, a qué deberías enfocarte en que el alma de Christopher Vélez desaparezca, no que mates a sus amigos, lo que importa es que te deshagas del dueño del cuerpo, imbécil.

El demonio que había usurpado al cantante, se quedó mirando fijamente a Agnez.

— No tengo por qué preocuparme por ese, está demasiado débil para hacer algo, calculo que en menos de un mes él desaparecerá.

Los ojos de Agnez brillaron con furia, y es que él, al ser el demonio más poderoso del infierno, conocía cada movimiento que hacian los humanos y almas errantes que vagaban en la tierra.

— ¿Eso crees? Eres demasiado confiando, y eso te hace ser demasiado estúpido, escuchame bien Martín, creí que tú serías mucho más inteligente, pero me equivoqué. — Agnez tocó su frente y quitó los cabellos que estorbaban. — El alma de Christopher está tratando de recuperar su cuerpo, y ha recurrído a la perla de Tanato.

Al escuchar eso, el demonio llamado Martín, se puso pálido, conocía perfectamente la función de aquella perla, y si eso era verdad estaba en problemas.

— ¿Que?

— Si, idiota, en este momento se encuentra trabajando con una médium para obtener la perla, tienes que evitarlo, haz lo que sea, mandare a algunos compinches para que estén a tus órdenes.

Martín asintió, no dejaría que hicieran eso, tendría que deshacerse de ambos, sin la sangre de esa médium la perla de Tanato estaba lejos de funcionar.

— No te defraudaré. — Agnez asintió y desapareció del espejo.

— ¡Oye Chris! ¿Estás bien? — se escuchó la voz de Richard del otro lado de la puerta.

Martín abrió la puerta y a encontró con el dominicano, odiaba ser llamado Christopher, deseaba ser llamado por su nombre, pero por ahora tendría que soportarlo.

— Si, todo bien.

Martín se alejo de Richard y subió a su habitación.

**

Esther Vélez.

Después de varias horas viajando, por fin habíamos llegado a casa, me tire en el sofá no son antes haber guardado la tierra.

— Bueno, solo nos faltan cinco cementerios. — dije.

— Espero que puedamos conseguirlos pronto. — asenti y le dedique una sonrisa.

— Eso a fuerza... aunque me cueste la vida — bromeé, Christopher soltó una risa.

— No digas eso, Bella, primero Dios lograremos nuestro objetivo.

Asentí y me levanté del sofá.

— Antes de que me dé más flojera, creo que  comenzaré a preparar lo de la cena — hable emocionada.

— Claro, en un momento te alcanzo, solo descansaré un poco.

Suspiré, cada vez se debilitaba más, pero no debía desanimarme, conseguiríamos regresarle su cuerpo.

Me dirigí al baño para lavarme las manos y posteriormente fui a la cocina, me quedé quieta al ver lo que estaba en la cocina y pegue un grito.

- Dai.

Dato curioso:

El nombre de Martin o Batin significa Duque de los infiernos que tiene el poder de conocer las virtudes de las hierbas y piedras preciosas. Haciendo referencia a lo que usan Christopher (la perla de Tanato) y Esther (hinojo) para defenderse de los demonios o almas malignas.

Gracias por continuar leyendo. ❤️

Alma En Pena |Christopher Vélez| [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora