Dieciséis

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Esther Vélez.

Christopher caminaba tras de mi, parecía pensativo ya que no había mencionado nada desde que hablábamos de los "amigos" que Ross me presentaría.

Decidí romper el silencio.

— Tengo una pregunta que hacerte — hable, el castaño me miro enseguida.

— Dime.

—  ¿Puedes saber donde esta tu cuerpo? — pregunte.

No tenia muchos días que me preguntaba eso, puesto que cuando lográramos reunir todo lo necesario para hacer la perla, tendríamos que buscar su cuerpo, y si no sabemos exactamente donde esta, tardaríamos muchos días más.

— Si... El alma y el cuerpo tienen una conexión, puedo sentir que ahora misma ya no esta en Loja, Ecuador, también puedo ver fragmentos de lo que hace sin que él se de cuenta — comenta, me quedo impresionada ante eso — pero, cada vez son menos frecuentes.

— ¿Porqué? — cuestione y lo observe, el aire despeinaba su sedoso cabello, debo admitir que lo hacia lucir dulce.

— Por que... — hizo una pausa — la conexión del alma y el cuerpo se hace cada vez mas débil conforme pasa el tiempo y cuando llegue al limite, mi cuerpo ya no me pertenecerá.

Escuchar eso y el tono de angustia en que Chris me lo decía, hizo que me alarmara, no puedo permitir que ese ser del infierno se quedara con el cuerpo de Christopher, eso nunca.

— ¡Diablos! — exclame — ¿Que tan frecuentes son esas sensaciones y fragmentos que ves?

— Cinco veces al día — comenta — Cuando recién me había quitado mi cuerpo podía sentir y ver hasta cuarenta cosas al día... Tengo miedo que cuando llegue a uno, lo pierda todo y yo me quede aquí.

— Eso no va a pasar... Confía en mi — dije tratando de sonar lo mas segura posible, el tiempo nos comía, y lo peor es que todo dependía de mi, me detuve en seco haciendo que Christopher chocara contra a mi.

— ¿Que te pasa? — pregunto.

— No tenemos tiempo que perder.... ¡Aaah soy una tonta! — exclame y gire a verlo.

Christopher me observo con el ceño fruncido, parecía confundido y bueno, yo en su lugar también lo estaría.

— ¿De que estas hablando? — preguntó.

— Son siete cementerios, llevamos solo uno... — Él asintió como si fuera lo mas obvio del mundo — a este ritmo estaremos juntado todo en un mes.

— Descuida... Es tiempo suficiente — comento.

— ¿Estas seguro? — pregunte algo angustiada — pensaba en que viajáramos por las noches después del trabajo.

Christopher se paro frente a mi.

— No, ¿Estas loca? Seria peligroso y mas cuando no tienes la protección de la plata rara esa que dijiste, y recuerda, la delincuencia.

Solté un suspiro, tenia razón, era arriesgarme, después de todo ante los ojos de las personas viajaría sola, y atacarme seria mas fácil. Era mejor viajar de día, hospedarse en algún hotel y posteriomente ir al cementerio.

— Esta bien Christopher, confiare en que tenemos tiempo — continuamos caminando.

Pasamos frente a una discoteca, muchos chicos y chicas se amontonaban para entrar y divertirse, me sentí completamente fachosa al ver a las chicas tan arregladas, llevaban vestidos cortos y su maquillaje era perfecto, era raro, pero me daba curiosidad ir a una discoteca nunca había asistido a una, Chris, observaba con curiosidad a todos y también el lugar, soltó una pequeña risa y me observó.

— Si quieres entramos — comento divertido.

— Estas loco, además no vengo vestida para la ocasión — negué divertida y continúe mi camino.

— El vestuario no importa cuando se trata de divertirse — exclamo ya que se había quedado unos cuantos pasos tras de mi, gire sobre mi eje para verlo, eche un pequeño vistazo hacia la discoteca.

Me acerque a Chritopher. Él me dedicó una sonrisa traviesa y yo se la correspondí.

— Pensadolo bien seria una aventura interesante, además no creo que me conozca nadie, la ciudad es muy grande como para encontrar a compañeros de escuela.

Christopher ensanchó mas su sonrisa, saque las manos de los bolsillos de mi chaqueta, sentí como el aire frío golpeaba contra mis manos cálidas.

— ¿Eso es un si? — se quito la gorra y cómodo su cabello para posteriormente volver a colocársela.

— Vamos — sonrei — además seria agradable ir con un amigo.

Al decir eso Chris me sonrió, pero su sonrisa era diferente, me había acostumbrado a ver una sonrisa donde mostraba todos los dientes, ahora solo había estirado los labios.

— Si, un amigo — suspiro y me  tomo la mano — ¡vamos!

-Dalia

Holaaaa lamento de verdad por tardarme, la universidad me consume :( pero bueno, espero les guste el capítulo ¡las quiero!♥

Alma En Pena |Christopher Vélez| [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora