Catorce

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Narrador Omnisciente.

Christopher el demonio, había llegado a Miami de último momento, su mánager requería la presencia de los integrantes de la banda. Se había disculpado por interrumpir sus vacaciones.

Ahora se encontraba en una camioneta polarizada junto con sus compañeros de la banda, que reían y contaban chistes, el fingía divertirse, cuando lo único que quería hacer era desmembrarlos, soltó un largo suspiro y trato de tranquilizarse, mentalizandose que dentro de poco los asesinaría.

— ¡Chris, mira! — exclamó un chico de ojos verdes y el menor de la banda, Christopher tomo el celular que él joven le tendía — Las CNCOWNERS nos adoran — dijo con una sonrisa.

La pantalla del celular de Erick el menor de la banda mostraba un vídeo navideño dedicado a los chicos.

— ¡Woow, es genial! — comentó el demonio haciéndose el sorprendido.

— ¿Verdad que si? — preguntó entusiasmado el chico de la bandada.

— Definitivamente, Joel — respondió el demonio.

La camioneta se detuvo, señal de que habían llegado al estudio donde su mánager los esperaba. Los cinco chicos bajaron de la camioneta, mientras platicaban entre ellos, a excepción de Christopher quien se había quedado al final, mientras observaba con repugnancia a los otros cuatro.

Esther Vélez.

La hora de la comida había llegado, tenia antojo de unos tacos, así que Ross se encargó de hacerlos para mi, mi amigo era demasiado espléndido.

Estaba sentada en el comedor de los empleados, Diana estaba junto a mi, y no paraba de quejarse de su novio, que al parecer en estos últimos días había tenido una actitud muy borde. Alguna vez comente que quería tener un novio, pero ahora escuchando los relatos de mi amiga y de todas las actitudes que en ocasiones los hombres toman, hacia que mi ganas de tener una relación se fueran al caño, pero después, comienzo a reflexionar, una relación es de dos personas, si quieren que esta funcione ambas personas deben poner un granito de arena, no solo culpar al otro de sus actitudes, también hay que ver como nos comportamos nosotros, para recibir también hay que dar.

Sonreí.

Christopher miraba a mi amiga con una mueca divertida, parecía hacerle gracia todo lo que ella estaba contando.

— Creeme, Esther... ¡Ya no se que hacer con él! — exclamo — Me reprocha todo, que si no tengo tiempo, que solo estoy metida en mis asuntos y que a él no lo tomo en cuenta, incluso me dijo que solo salgo con él por lástima, ¡Pero claro que no es así! Lo quiero mucho, se que no estoy con él mucho tiempo, pero es que trabajar y estudiar a la vez consume y ahora me esta ignorado para que según yo sienta como se siente él siempre.

Solté un suspiro, y observe a mi amiga, sin saber como aconsejarla, en asuntos del amor no soy muy buena, ni siquiera he tenido un novio, todos los tipos me toman de a loca y huyen.

— Dale tiempo amiga — es lo que siempre dicen como consejo ¿no? — ¿Por que no lo dejas unos días? — ella hizo cara de espanto — ¡No! No me refiero a que lo termines unos días, si no que dejes que se le baje el "coraje" como unos dos o tres días, después le hablas y trata de arreglar las cosas, no se, que tal si ahora en vez de venir por ti una vez a la semana al trabajo que venga dos, o los fines de semana que solo trabajas medio día ve con él, tal vez pueda ayudarte a tus tareas, todo con tal de verlo un poco más. Creeme él lo va a apreciar.

— Eso si — comento Christopher, lo mire con disimulo y sonreí.

— Creo que tienes razón, Esther, debo hacer un poco de espacio para verlo, que venga por mi al trabajo seguido es mucho mejor a que venga solo una vez a la semana, pasar medio día con él los fines de semana es una buena idea — me sonrió — Gracias — me dio un abrazo.

Ross llego con la comida y la puso sobre la mesa.

Narrador Omnisciente.

Lamento haberlos echo venir — comenta el mánager mientras observaba a los cinco chicos que se encontraban sentados en sillas giratorias.

— Descuida — respondió el joven integrante puertorriqueño de nombre Zabdiel.

— ¿Que sucede? — preguntó el moreno llamado Richard.

— Tenemos que comenzar a trabajar en un nuevo álbum, chicos, para que el año que viene Iniciemos con éxitos — hablo, los chicos se miraron entre si con una sonrisa en el rostro, siempre les entusiasma hacer nueva música.

— ¡Asombroso! Pero... Eso quiere decir que... ¿Las vacaciones, quedan olvidadas, verdad? — pregunta Erick, fingiendo una sonrisa.

El mánager frunce los labios y asiente.

— ¡Genial! — exclama Erick.

— No finjas Erick, sabemos que te parece una mierda que cancelaran nuestras vacaciones — habla el demonio, mirando fijamente al manager, lo estaba odiando.

Todos miraron a Christopher con los ojos muy abiertos, pues él no solía hablar con groserías delante de Walter, el manager.

— Bueno chicos, veanlo por el lado positivo, tendrán éxito iniciando el año — comento Walter tratando de sonar compresivo — además podrán asistir a casa para fin de año. Claro, solo seria para ese día.

Alma En Pena |Christopher Vélez| [EN PAUSA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora