Alma En Pena |Christopher Vélez| [EN PAUSA]

Diez

Esther Vélez.

Caminábamos por las calles, mientras Christopher observaba a los alrededores para asegurarse de que ningún "alma maligna" nos estuviera siguiendo. Afortunadamente, Chris me habia ayudado a mantener a todas aquellas almas alejadas, su compañía era como una protección para mi, la verdad es que me atemorizaba, no quería volver a pasar por lo mismo.

— Bien... — comencé a decir — es necesario que te diga algo Chris.

El giro a verme con atención, acomodo sus lentes y relamio sus labios.

— Dime — respondió.

— Ahora que entremos al cementerio, veras muchas cosas que...te asustaran — comente — desafortunadamente, de forma inconsciente elegirás ver todo lo que hay ahí dentro.

— ¡Vamos no puede ser tan malo! — exclamó tratando de ser divertido. La expresión de diversión que tenia fue reemplazada por una seria — Esther... — soltó un suspiro — Estamos juntos, y mientras estemos juntos, las cosas que se encuentren ahí dentro no podrán hacernos nada.

Las palabras de Christopher me hicieron sentir un poco mejor, tener apoyo de alguien era lo que últimamente necesitaba, y saber que él estaba ahí para mi me reconfortaba... Claro aunque solo fuera temporal.

— Me agrada que seas optimista, pero bueno... — hice una pausa y solte un suspiro — tienes razón. — le dedique una sonrisa que él no dudo en responder.

No faltaba mucho para que llegáramos al cementerio, de hecho solo nos faltaba unas dos cuadras más por caminar, el aire ondeaba mi ligera sudadera que había elegido para llevar, y en ese momento me había arrepentido de no ponerme algo mas abrigador.

Mire a Christopher de reojo, sabia que los fantasmas no podían percibir los cambios climáticos, eso era una de las muchas cualidades que tenían una buena ventaja.

— ¿Tienes frío? — me preguntó, haciendo que saliera de mis pensamientos.

— Solo un poco — respondí, Chris esbozo una pequeña sonrisa.

— Fue mala idea no traer algo mas abrigador — rodeé los ojos.

La gente que pasaba a mi lado, se me quedaba viendo raro debido a mis expresiones y también por que escuchaban que hablaba sola, pero ¡bah! ¿Que importa?

**

Narrador Omnisciente.

Loja, Ecuador.

"Christopher" estaba sentado a la mesa con su familia, mientras cenaban, todos platicaban muy animadamemte acerca de las festividades que se aproximaban, como la cena de noche buena, navidad, y la cena de año nuevo, planeaban todo lo que iban a hacer y en que lugar iban a estar compartiendo aquellas fechas.

El demonio, solo jugaba con la comida que le habían servido, no había probado un sólo bocado, pero debía de hacerlo si quería seguro fingiendo que era Christopher.

Su madre lo miro y levantó una ceja, al observar que su hijo, no había probado bocado, lo cual se le hizo bastante extraño, Chris siempre tuvo buen apetito.

— ¿Estas enfermo? — pregunto Jenny a su hijo, este levantó la cabeza y la observo fingiendo una pequeña sonrisa.

— No... — respondió — solo que estaba pensando en otros asuntos.

Jenny fruncio los labios y asintió.

— Por lo menos come las verduras, no quiero que vayas a la cama sin tener algo en el estomago — Christopher asintió — Ah y, cariño ¿estaras con nosotros en las fiestas?

— Si, de hecho tenemos vacaciones — todos los presentes sonrieron.

— ¡Que bueno mijo'! — exclamo la abuela con una enorme sonrisa — No es lo mismo sin ti.

— Igual me da gusto estar con ustedes — comento y posteriormente comenzó a comer.

**

Esther Vélez.

Estábamos parados justo en la entrada del cementerio, las manos me sudaban y comenzaba a temblar, la verdad esto me ponía muy nerviosa y con ganas ir salir huyendo.

— ¿Lista? — me preguntó el castaño haciendo que volteara a verlo.

— Eso creo — asentí.

— Tranquila, recuerda que estamos juntos y si alguien trata de hacerte daño, yo voy a defenderte — hablo con voz dulce.

— Confió en que así sera — respondí divertida.

— Ya veras que si. — me tendió su mano, lo mire confundida — Tomala, para que te sientas mas segura, adonde tu vayas yo iré igual.

Tome la mano de Chris, solté el aire que contenían mis pulmones para tranquilizarme un poco y a continuación entramos al cementerio.