Intercambio

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Eran las doce de la noche, una pequeña brisa helada se colaban por las rendijas de la ventana de la cocina congelando a los hermanos que se mantenían a pocos centímetros del otro, viéndose directamente.
Shun tragó saliva, parecía algo nervioso debido a la reciente pregunta de su hermano que apenas hace algunas horas consideraba muerto, apretó sus puños a los costados de su cuerpo y marcó una sonrisa ligera pero falsa.

—Saga no me golpeó, de hecho ni siquiera lo he visto desde hace mucho.—

Respondió inquietando a Ikki quien sabía que su hermano mentía, el día siguiente era sábado y su hermano no iba a la escuela pero no debía de irse a dormir tan tarde. El mayor suspiro y negó, se acercó a Shun y dándole un pequeño golpe en la espalda le indicó que caminara en dirrección a las escaleras.

—En un momento vuelvo, porfavor espérame.— habló a Pandora desde el primer escalón, cuando ella asintió siguió su camino.

Shun iba por delante, él entró primero a su cuarto y luego ingresó su hermano, Ikki esperó a que el joven subiera a la cama, después se acercó a un pequeño sillón que estaba cerca de la cama y tomó asiento, el menor lo observó inquietante, ni siquiera se sentía cómodo estando recostado mientras Ikki estaba al lado suyo, intentó disimular su incomodidad dándose media vuelta, quedando a espaldas de su hermano.

—¿Vas a quedarte ahí? Pandora está esperándote abajo.—

Shun reclamó no encontrando valor para hablarle viéndolo de frente, Ikki lo observó y permaneció en silencio un rato.

—Pensaba irme luego de que te durmieras— explicó sintiéndose algo incómodo pero provocando que su hermano saltara de su cama y se acercara gateando sobre de la cama a él

—¿Y que intentabas hacer con eso?— preguntó algo molesto ahora contradiciendolo de frente

—Imaginé que te sentirías mejor si me quedaba a tu lado—

—¿Qué?, Claro que no.— respondió tajante —Al contrario, no me gusta que me estés cuidando todo el tiempo.

—Si, eso lo sé... — dijo con indiferencia —Por cierto, ¿Qué le hiciste al cuarto?, El papel tapiz ya no existe y los peluches que tenías tampoco... ¿Los vendiste?

—Eres demasiado observador— dijo con molestia —Y sí los vendí, no quería tener nada aquí...

—Pero los peluches te los habían regalado algunas de tus compañeras ¿No?, ¿Por qué los vendiste?—

—No te importa, necesitaba dinero, los vendí y punto— respondió —Ahora vete de aquí y déjame dormir.

—Si, está bien, ya me voy honey.— contestó burlándose y levantándose del sillón, una vez que estuvo de pie solo sintió un fuerte golpe por detrás producido por el impacto de un zapato en su cabeza. —¿Qué?, ¿Te molesta que te llamé Honey?

Ikki sonrió burlándose de su hermano pero a Shun no le generaba ningún tipo de gracia, se bajó de la cama y de un golpe en el rostro logró callar a su hermano. —¡Nunca en tu vida me vuelvas a llamar así!— grito enojado, Ikki solo respondió jalandole de vuelta el cabello y terminar por empujarlo a la cama.

El detective se acercó a su hermano, con su mano derecha presionó muy levemente el cuello de Shun contra la cama mientras que con su mano libre se apoyaba del colchón estando su brazo a unos centímetros de la cabeza del menor. Shun lo observó desde arriba permaneciendo acostado, cerró sus piernas al sentir las de su hermano rozar con las suyas, no intentó alejar a Ikki, al contrario, permaneció quieto poniendo ambos brazos a sus costados.

El juego de lucha libre de Ikki junto con su sonrisa se fue al sentir el miedo que expresaba su hermano menor con la mirada, dejó de presionarlo y se apartó sin antes haberlo ayudado a sentarse, él arregló el cabello del joven y compuso algunas arrugas de la camiseta que su hermano usaba en ese momento, luego golpeó unas cuantas veces levemente el brazo derecho de Shun.

16 de AbrilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora