𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏.

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Ya habían pasado alrededor de 2 días desde que mi marido y yo tuvimos nuestro día de películas, nos acostamos en el sofá de la sala de estar y comimos chucherías casi todo el día, recuerdo que su teléfono no paraba de sonar con llamabas entrantes y cuando le pregunté quién era, sólo me respondió que era el trabajo, al final, término apagando el equipo para que ya no tener más interrupciones.

Creó que ya paso 1 semana y media desde que llegué del hospital y tenido un poco de mejoría con mi pie, sigue doliendo cuando camino más debido pero no tanto como antes. El celular que me dio Jisung, no lograba captar señal hasta ahora y eso me frustra ya que quiera poder conectarme a internet y entretenerme con algo al menos.

Mi esposo se la pasa casi la mayoría del día metido en su oficina, así que decido no molestarlo. Pero en las tardes, solemos sentarnos en la banca del jardín y sólo apreciar la tranquilidad que nos brindaba la naturaleza.

Como ahora, que me encontraba sentado en aquella banca mecedora mientras veía por segunda vez aquél álbum de fotos que me había dado Jisung en el hospital para poder recordar eventos de mi vida. Mi esposo estaba haciendo la cena en estos momentos, era de noche pero no hacía demasiado frío, las luces que alumbraban el jardín le daban cierta calidez al ambiente.

Pasé la página y me encontré con fotografías de cuando era pequeño, lucía como un niño feliz y eso me saco una sonrisa. Las siguientes, eran de mí y mi marido pasando el rato, había una en donde estábamos en la playa y ambos sosteniendo unas cervezas en nuestras manos. Otra en donde estábamos en el parque y hacíamos muecas raras a la cámara.

Pero mi sonrisa se borró cuando noté una foto en particular.

—¿Qué es eso?— susurré para mí mismo, acercando mi rostro a la fotografía para observarla más de cerca.

Estábamos Jisung y yo, parecía que estábamos en una especie de fiesta, ya que podía notar a otras personas desconocidas alrededor. Jisung me sostenía de la cintura y yo tenía mi cabeza recostada en su hombro, ambos sonreíamos con una copa de vino en nuestras manos, nada inusual hasta ahora. Pero al fijarme en el enorme espejo que estaba detrás de nosotros, me percaté que el color de cabello en el reflejo de mi esposo, era color negro y no castaño como lucía en la fotografía.

—que raro...

Me quedé mirando aquel detalle por unos segundos más, hasta que escuché como alguien abría la puerta corrediza del jardín.

—la cena ya está lista cariño.— Jisung se apareció con unos guantes de hornear en la mano. —vamos adentro.

Asentí un poco aturdido por la confusión que se me había creado en la cabeza con el tema de la foto pero decidí dejarlo de lado por el momento, me rugía el estómago por el hambre que tenia.

Tomé mi bastón con una mano y como la otra cargué el álbum, adentrándome con cuidado junto a mi esposo dentro de la casa. Dejé la carpeta en el estante de la oficina de Jisung y volví al comedor, donde me encontré con una deliciosa cena ante mis ojos, incluso me sentí salivar como si fuera un perro ante un hueso.