ღ ;;; 𝙰𝙳𝙰𝙿𝚃𝙰𝙲𝙸Ó𝙽!!
❝ Minho despierta en una habitación de hospital con todo el cuerpo adolorido y una pierna rota, no puede recordar nada de lo que le pasó, ni siquiera su propio nombre. Hasta que un hombre de cabellos negros entra en su h...
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Lo primero que notaron mis ojos al abrirse, fue el ventilador de noche que estaba dentro de la habitación. El cuarto estaba totalmente a oscuras, a excepción de la lámpara que se encontraba encendida, alumbrando una pequeña parte de la cama.
Me restregué los ojos con ambas manos, despabilando un poco del suelo. Fijé mi mirada en el balcón y pude ver que había una silueta parada allí pero este se encontraba de estas a mí. Fruncí un poco el ceño, tratando de recordar porque estaba echado en la cama y encima tienda rastro de tierra bajo las uñas.
Pasaron unos cuantos segundos en los que estuve forzando a mi cabeza a recordar hasta que caí en cuenta acerca de lo acontecido hace unas horas.
El álbum de fotos.
Las fotografías falsas de Jisung.
El cuerpo en el jardín.
El atacante que me puse un pañuelo en la nariz.
Jisung.
Abrí los ojos en sorpresa y con cautela me fije en la silueta del balcón. No había que ser un experto para deducir que era Han quien estaba ahí, así que con el mayor silencio posible, moví mi cuerpo en dirección contraria a donde me encontraba. Cuando mi pie lastimado tocó el suelo, me contuve de lanzar un jadeo de dolor, no deseaba ser descubierto ahora. Apenas logré ponerme de pie, camine a pasos lentos directo a la puerta, fijándome por ratos de que "mi marido" siguiera en el mismo lugar. Sin embargo, cuando mi mano tocó la perilla de la puerta, las luces de la habitación se encendieron completamente, dejándome totalmente expuesto. Rápidamente volví a tomar la perilla y traté de abrir la puerta pero esta no cedía por más que la zarandera.
Me encerró en la habitación otra vez.
—pero ¿a dónde crees que vas cariño?— le escuché preguntarme mientras uno de sus brazos me agarraba fuertemente de la cintura y otro apresaba mis brazos para dejarme inmovilizado.
—¡Suéltame! ¡No me toques!— le grité con todas mis fuerzas, moviendo mi cuerpo como si fuera un gusano para tratar de soltarme se su agarre.
—al parecer la caída si te afecto un poco la cabeza y tal parece que también el humor.—dijo tomándome en brazos y llevándome con dificultad de vuelta a la cama, mientras yo seguía moviéndome de un lado a otro. —te golpeaste muy fuerte la cabeza amor, no entiendo porque no quieres que te ayude...solo estoy tratando de cuidarte.
—¿golpearme la cabeza? ¿Pero qué mierdas dices?
—volví a la casa porque había olvidado mi billetera y te encontré inconsciente en el jardín Min, ¿Qué hubiera pasado si no llegaba a tiempo? Deberías agradecerme.— respondió con una sonrisa tranquila mientras yo lo miraba incrédulo.
