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Si pudiera describir la sensación que siente un gato al ser enjaulado, podría describirla con éste momento perfectamente

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Si pudiera describir la sensación que siente un gato al ser enjaulado, podría describirla con éste momento perfectamente. Estaba empezando a entrar en pánico al ver que la puerta de la habitación no cedía. ¿Por qué diablos me había encerrado? ¿Acaso sospechaba algo?

—¡Ahh!— lancé un grito de frustración que resonó por todo el cuarto.

Estaba a punto de lanzarme a llorar hasta que recordé que Jisung guardaba algunos materiales de su oficina en el armario. Rápidamente rebusque entre sus cosas y logre dar con una pequeña cajilla llena de clips. Tomé un par de ellos y los escondí por debajo de una cerámica de gato que teníamos en un mueble al costado de la cama.

Me vestí con un jeans y un polo blanco, me puse mis zapatillas y un abrigo. Saqué las tarjetas que había escondido por debajo fe las colchas y las guardé en el bolsillo de mi pantalón junto con el celular que me había dado Jisung, tomando por último uno de los clips que deje en la cómoda. Maniobré con el pequeño pedazo de alambre para poder dejarlo totalmente recto y lo coloqué dentro de la cerradura.

Después de unos segundos, se escuchó un 'click" proveniente de la puerta.

—funcionó...— susurré emocionado.

A paso rápido, abrí la puerta y salí de la habitación, caminando directo a las escaleras. Con ayuda de mi bastón no se me fue nada difícil poder bajar. Me encaminé directo a la oficina de Jisung y encontré su laptop encima de su escritorio.

—De acuerdo, tiene que haber algo aquí que no vi la ultima vez.— me susurré. Anteriormente no quería causar ningún problema al tener que meterme con sus cosas privadas pero esta ocasión era totalmente necesario.

Me puse a pensar en cuál podría ser su posible contraseña, así que intenté con un "Han Minho".

Pero nuevamente me botó a que era la contraseña incorrecta. Hasta que decidí cambiar el " Han" por un "Lee". Coloqué en la barra un " Lee Minho" y esta vez, me dejó ingresar a la pantalla principal del ordenador.

Lo primero que mis ojos captaron fue una carpeta que decía "Documentos de la oficina" y al darle click pude darme cuenta que sólo eran varios archivos del trabajo de Jisung, así que cerré la carpeta. Le di click a otra carpeta con el nombre de "Fotos" pero para mi mala suerte, ésta tenía contraseña.

Lancé un suspiro y trate de calmarme. Saqué mi tarjeta de identificación y me fijé en algún posible dato relevante como para poder colocarlo como contraseña, así que intenté con mi fecha de nacimiento.

25-10-1998

Ante mí, se mostraron una serie de imágenes que me confundieron un poco al principio pero luego de fijarme mejor en las fotografía, me dieron ganas de vomitar.

En todas las fotos salían solamente Jisung, con una pantalla verde de fondo. Se encontraba en diferentes poses, algunas como si se estuvieran tomando una selfie y otras en donde estaba sentado o parado. Con diferentes vestimenta en cada una de las fotos.

Fui rápidamente al estante de libros que estaba en su oficina y saqué el álbum de fotos que él me había dado la primera vez en el hospital. Y al revisar las fotografías sentí como las piernas me flaqueaban.

Absolutamente todas las fotos que se encontraban en aquél álbum, eran montajes.

Ninguna era real.

Jisung se había tomado diferentes fotografía para poder editarlas y hacerlas parecer como si fueran reales.

Cerré todas las pestañas y apagué el computador, dejé todo como estaba antes de entrar y salí directo al jardín.

Esto no puede estar pasando ¿Quién diablos haría algo así? ¿Qué era lo que quería este tipo de mí? Ahora me queda claro que Jisung no es mi verdadero esposo.

¿Qué habrá pasado con él? ¿Quién era? ¿Y por qué aún no consigo recordarlo?

Tenía tantas ganas de llorar.

Al llegar al jardín, caminé lo más rápido que pude a donde estaban las azucenas, saqué el teléfono del bolsillo de mi pantalón y lo alcé, tratando de conseguir captar señal.

Pero una vez más, el teléfono no lograba captar nada. Con movimientos rápidos, quité la tapa del celular y al extraer la pila, esta se encontraba totalmente quemada.

—pero que mierda...— dije tratando de no lanzarme a llorar ahí mismo. Tiré el aparato directo a un montón de arbustos que se encontraban cerca y trate de caminar lo más rápido que mis piernas me permitían.

Gracias al bastón que me había regalado Jihyo, no se me dificultaba demasiado en tener que forzar mi pie lastimado, es más me permitía moverme con mayor facilidad, incluso estando en el jardín. Ahora tenia en mente y como objetivo principal era salir de aquella casa y pedir ayuda.

No me importaba perderme en el bosque y caminar largo camino hasta poder llegar a casa de los vecinos más cercanos, lo único que tenía en la mente era que debía salir de allí, sea como sea.

Lo único malo de la casa, era de que el jardín era demasiado amplio pero sabía un camino que me llevaba directo al bosque. Al retroceder mis pasos para llegar hasta donde quería, tropecé con un bulto de tierra húmeda. Caí de frente pero logré amortiguar un poco mi caída con los brazos.

Me hubiera levantado y seguido con mi camino si no fuera porque entre aquel montón de tierra en el que había caído podía notar algo extraño. De repente un flashback se me vino a la cabeza de aquel día en el que me levante en medio de la madrugada y vi a Jisung cavando un hoyo, en el mismo lugar en donde me encontraba tirado ahora. Con miedo comencé a sacar con mis manos la tierra hasta dar con lo que al parecer era un dedo, un dedo humano.

Lancé un grito de sorpresa, retrocediendo inmediatamente de aquél tumulto de tierra, me arrastre para poder llegar a mi bastón que estaba tirado a unos metros de mí pero sentí como me tomaron de la cabeza y una mano junto con un trapo de seda me tapaban completamente la mitad del rostro.

Intenté patear a la persona que se encontraba detrás mío, usé los brazos e incluso le tiré la tierra que tenía a mi alcancé. Pero aquella persona era muchísimo más fuerte que yo y poco a poco comencé a sentirme mareado. Le arañe los brazos en un último intento de poder soltarme de su agarré pero pronto se me estaba comenzando a adormecer las extremidades.

Lo último que pude ver antes de caer inconsciente, fue la cara de la persona que me prometió una buena vida y que me juró nunca hacerme daño.

Jisung.

Jisung

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𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆𝒕 𝒐𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora