In another life **ZUTARA**

Capítulo 44: Enamorarse no cuesta nada

"Siempre creí que el amor consistía en encontrar a la persona adecuada, pero en realidad  de lo que se trata es de escoger a la persona adecuada ¿No crees? Se trata de realizar una buena elección  y entregarse de corazón."

-Rosa Montero.

Tara apenas podía creer que un alto mando militar de la Nación del Fuego le había enviado ese hermoso arreglo de flores. La confusión en su rostro era más que evidente.

- ¿Quién te envió ese bouquet? -pregunto Zen con duda.

- ¿Bouquet? -pregunto la morena confundida.

- Es un conjunto de flores obtenidas de los bosques más exclusivos de la Nación, se les conoce como bouquet o buque también -explicó Kumo.

- Comprendo, no tengo idea de quien lo envió, quizá fue un error -explicó la morena. - Estaba entrenando esta mañana en el riachuelo cerca de los ríos de magma y ya estaba en ese lugar.

Zen se acercó al bouquet sin más y tomó una tarjeta azul hecha de un papel fino con el grabado de Tara en color plata

- Ahí dice claramente Tara -dijo divertido.

- Yo no tengo idea de quién podría haber hecho algo así -quitándole la tarjeta a Zen.

- Si lees la tarjeta sabrás el nombre de tu pretendiente -sugirió Kumo.

Katara simplemente asintió y abrió la carta en ella se leía la siguiente frase.

- "La luna me ha confesado que mataría por brillar la mitad que tus ojos" - comentó leyendo la nota. - No cabe duda que quien las envió es todo un poeta - respondió con una pequeña sonrisa.

- Sin duda alguna tu admirador conoce tus orígenes y vaya que hace gala de eso -rió Kumu. - Y mira que se esmero mucho por poner flores hermosas.

- Y caras - continuó Zen. - Varias de estas flores florecen una vez al año y algunas solo crecen en un tipo de terreno específico, quien sea que lo hizo tiene dinero.

Tara junto las piezas de apoco y por un momento creyó saber de quién eran las flores.

- ¿Creen que tal vez Zuko las haya mandado? - pregunto un tanto esperanzada.

Su relación había mejorado un poco luego de la noche en que le contó lo de su madre, casi parecía que habían vuelto a su juego de miradas durante el día, aunque en la noche cada quien dormía en su habitación, ambos hicieron un tregua silenciosa pues no se evitaban abiertamente. 

- No parece algo que nuestro señor haga, él nunca se hace cargo de esos detalles y cuando lo hace es por mero protocolo -negó Kumu decepcionando a la morena. - Esto parece algo demasiado personal.

- ¿Nada ha cambiado verdad? -pregunto Zen al notar la mirada de la chica.

- No como quisiera -admitió. - Pero no lo puedo presionar - comentó cabizbaja.

- ¿Presionar a quien? -pregunto Aren curioso.

Los tres jóvenes se asustaron ya que no habían notado la presencia del General, esperaban que no hubiera escuchado toda su conversación.

- Nada, nada, es algo sin importancia - explicó la morena rápidamente y nerviosa.

- Vamos Tara, ya llevamos varias semanas trabajando juntos ¿Pasa algo que te incomode? -dijo serio. - Alguien se ha atrevido a molestarte.

- Nada de eso General Aren, es solo que Tara tenía un novio y las cosas han estado incómodas entre ambos y ahora parece que nuestra hermosa maestra agua tiene un admirador - comentó Zen sin dar mucha información.