Capítulo 58: Daños colaterales

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Nota

Deseamos agradecer su espera para con nuestra obra, han sido meses complejos y por ende habia sido complicado estar tan activas, pero regresamos y espero disfruten del capitulo nuevo. 

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""Cuando mi voz calle con la muerte, mi corazón te seguirá hablando"

― Rabindranath Tagore

Zuko era un ser humano, un mortal en un mundo custodiado por entes milenarios e inmortales y como tal, es un ser imperfecto en toda su existencia, con miedos y problemas propios de su naturaleza, cada ser lidiaba a su manera con sus temores, unos de forma pusilánime y otros los enfrentaban con gran determinación, siendo este último el caso que aplicaba el príncipe heredero en la mayoría de los casos ya que en gran parte de su vida privada, los ignoraba y esperaba que el tiempo se encargara de ellos. Tal como estaba haciendo ahora.

La última vez que experimentó ese sentimiento fue cuando perdió a su madre pero no había comparación pues ahora él era todo un hombre que comprendía el mundo y se enfrentaba a su tangible realidad. Las noches eran casi tormentosas.

En cada una y de distinta manera revivía aquella escena que le carcomía el alma, su mente se encargaba de recordarle su peor error cada que cerraba los ojos para descansar, veía a la morena tan indefensa y agonizante, oía su voz, rogando por ayuda, retumbaba entre las paredes manchadas de carmín, corría entre los pasillos buscando y mientras más tiempo pasaba sin hallarla más sucumbia a la impaciencia y a la desesperación, cuando finalmente llegaba a ella la encontraba siendo apuñalada por una sombra sonriente y miraba a Zuko mientras negaba con la cabeza a forma de burla antes de soltar violentamente a la morena. El príncipe corría hacia ella pero al tocarla ésta desaparecía de la nada, dejándolo solo con aquella sombra, que se reía de él cada vez que intentaba golpearlo con sus llamas. 

- "¿Pero qué has hecho Zuko?" - preguntaba a su oído y al bajar la mirada tenía las manos manchadas de sangre y a sus pies el cadáver de Tara. - "Tú lo hiciste..."

Zuko se levantó bruscamente de su cama con la respiración acelerada, busco a aquella sombra que le perseguía pero lo unico que encontro fue la luz del sol que estaba apenas colándose entre las cortina de la ventana dándole a entender que todo fue solo un sueño, miró a su lado y la morena no estaba y un sentimiento de desesperación lo invadió pero al verla salir del cuarto de baño sintió un gran alivio, notado por la femenina al ver como se relajaba de repente.

- ¿Zuko estas bien? - preguntó llegando a su lado preocupada. - ¿Otra pesadilla?

- Si... - afirmo con la respiración aun un poco agitada. - Pero estoy bien, solo debe ser todo el estrés que acumulé la semana pasada.

- Aún nos quedan unos días en la isla, es suficiente tiempo para que recuperes energía - comentó acariciando su rostro con una sonrisa cálida. -No tienes de qué preocuparte, todo va estar bien ahora.

Zuko tomó la mano de la chica y la besó olvidando los recuerdos de la última pesadilla y dejándose llevar por las dulces palabras de su amada, los sucesos de los últimos días habían hecho estragos en ambos de múltiples maneras, Iroh lo había notado y les propuso que se fueran unos días de vacaciones. El príncipe obviamente se negó luego de que varios ataques rebeldes se dieran a conocer, el ataque al corazón de la Nación del Fuego fue solo el inicio de múltiples ataques en los puertos de las colonias, con base a eso se discutió seriamente en el consejo la solicitud de la casa real para iniciar una guerra activa contra los rebeldes, pero esa no era la única preocupación del príncipe, la Nación del Fuego era un caos y con Aren de baja por sus heridas, el trabajo se había triplicado en la mayoría de las áreas de las que era responsable, por la misma razón Iroh recomendó que descansaran por un tiempo por que lo que se avecinaba era algo que requería toda su concentración y que durante el corto periodo que estuviera ausente él haría el trabajo del príncipe heredero.

In another life    **ZUTARA**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora