Capítulo 32: Predilecto

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"Muéstrame un héroe y te escribiré una tragedia"

- SCOTT   FITZGERALD


Los primeros rayos de sol entraron por las ventanas aún rociadas con agua de la tormenta de la noche anterior, Zuko despertó y lo primero que vio fue la piel morena de Tara a su lado, su cabello alborotado y su suave respiración, era como contemplar un ángel.

Lastimosamente no duró mucho pues ambos debían hacer muchas cosas ese día, ella estaba boca abajo y apoyaba su cabeza en su brazo, empezó a intentar despertarla repartiendo besos por su rostro y acariciándola levemente en los brazos.

- Tara, despierta, ya es de día - susurro con cuidado de no despertarla de un solo.

- Humm ¿Zuko? - pregunto un tanto desconcertada.

Katara abrió sus ojos y vio el rostro de Zuko cerca del suyo con una sonrisa, pronto recordó todo lo que había pasado ayer y anoche, nada fue un sueño, estaba feliz por que en verdad fuera realidad, pero se sintió un poco avergonzada ya que recordó en la condiciones en las que estaba completamente desnuda.

- Buenos días - hablo sonrojada y tapando su desnudes con la sabana.

- No debes estar avergonzada, anoche me has permitido admirar tu hermoso cuerpo - dijo en un intento por calmarla.

- No... Bueno... ¡Ayer fue otra situación!- habló rápidamente.

Zuko rio levemente por el nerviosismo de la chica y la beso, Katara le correspondió, era esa la medicina que necesitaba para calmarse un poco.

- Me debo ir, tu padre debe estar preparándose para su sesión de curación - comento más calmada y con una sonrisa.

Zuko quiso protestar pero sabía que él también tenía cosas importantes que hacer antes de la reunión con su padre.

- Si no fuera porque debes atender a mi padre, te ordenaría quedarte a mi lado un rato más - respondió divertido, antes de darle un beso y dejarla ir.

Katara sonrió y planto un beso en los labios de su novio, ambos se pusieron de pie y recogieron sus ropas, Zuko no tenía tanta vergüenza como Tara aún así se abstuvo de mirarla fijamente por si ella aun se sentía cohibida a que la viera sin ropa de dia.

- Creo que tu sesión de entrenamiento deberá ser pospuesta hasta después de la reunión con tu padre - comentó la morena, ya vestida, mientras sacaba del armario un traje formal para presentarse ante el Señor del Fuego.- Y quizá esperar a que sanen tus heridas...

 - No pensaba hacerlo de otra manera pero temo que mi entrenamiento no puedo dejarlo de lado, seré cuidadoso- respondió mientras se acercaba a Tara. - ¿Estás bien? ¿No estás cansada? - pregunto preocupado.

- Lo estoy no te preocupes, me iré a preparar y te esperare en la antesala - respondió con una sonrisa antes de besarlo nuevamente.

- Está bien - respondió correspondiendo su beso.

La Maestra Agua salió de la habitación, era bueno que el cuarto de la chica tuviera tres puertas para facilitar el acceso a sus aposentos, una desde la antesala de la habitación, la otra que conducía al pasillo fuera de la habitación y la última una puerta conectaba directamente la habitación del Príncipe, todas las habitaciones de los sirvientes personales tenían este servicios pero por lo general la última puerta permanecía por completo cerrada, desde la habitación del amo y era poco usada, además de que esas tres puertas estaban bien camufladas para parecer parte de la pared y de esa manera no demostrar dónde era que dormía el sirviente.

In another life    **ZUTARA**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora