Capítulo 59: Empty Space

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"Siempre quejándote de todo y a la vez fingiendo no darle importancia a nada, vives de esperanza pero no sabes que esperas."

-Julio Cortázar.

Más tarde ese día en la casa del General Aren, el príncipe Zuko encontró a su amigo tirado en el suelo de su salón de entrenamiento, rodeado por completo de algunos obstáculos destruidos por sus llamas, la única manera que tenía un maestro fuego de aliviar sus preocupaciones era sacando el fuego en su interior, a menudo su control sobre el peligroso elemento estaba fuertemente ligado a sus emociones y entre más intensas más complicado era para el maestro tener el total control de este elemento, por lo que sacarlo en un ambiente seguro evitaba que esté saliera por accidente en mal momento.

Aren permanecía en el suelo observando el techo en total silencio y tranquilidad, un poco más calmado que hace un par de horas pero aún con la indecisión incrustada en su pecho, sus pensamientos seguían surgiendo pero no se enfocan en nada en particular sólo los dejaba pasar e ignoraba todo en ellos o a su alrededor en el mundo real, aún así había sentido la presencia de Zuko, aún seguía enfadado pero poco le importaba su razón para haberlo buscado. Curiosamente el chico de ojos dorados se recostó a su lado en silencio adoptando su misma posición, no sin antes dejar una botella de su bebida favorita al lado de su cabeza, el silencio reino entre ellos hast que el futuro padre no pudo resistirlo más, tomó la botella y la inspeccionó un rato antes de hablar.

- No crea que esto es suficiente como disculpa - comentó serio mientras abría la botella y le daba un trago directamente.

- Lo traje como un soborno para que me escucharas - respondió tranquilamente sin dejar de ver el techo.

- No lo escucharé si es el príncipe heredero quien va hablar - respondió molesto.

- Tara se encargó de él y en este momento está aún en un shock mental en el palacio - informó aún levemente molesto por la broma de su novia.

- Me resulta intrigante saber cómo es eso posible - comentó un poco más calmado.

- Me dijo que está embarazada - respondió con naturalidad para luego girar sus ojos hacia el joven que tosía con fuerza.

- Creo que tú necesitas el trago también -respondió pasándole la botella.

- Disfruto verme en ese estado durante 10 minutos con esa pequeña sonrisa que hace cada que sabe que se salió con la suya - respondió suspirando algo molesto pero aún riéndose levemente y aceptando el trago. -Para luego confesar y mofarse de que no era verdad, que no estaba embarazada y que logró engañarme por completo.

- ¿Por qué hizo eso? - preguntó confundido, no encontraba un porqué a las acciones de la morena.

- Solo para abrirme los ojos con respecto a cómo te sientes... - respondió con un notable arrepentimiento en sus ojos. - Yo te ataque y tu no estabas en capacidad de responder antes mis acusaciones y órdenes, e intentando ayudarte solo conseguí que el problema se agravará.

Aren podía ver la sinceridad de sus palabras y aunque las dudas aún permanecían en su corazón, no había suficiente espacio como para seguir enojado con el príncipe que después de todo había tenido el valor para aceptar su error y disculparse personalmente, aunque debía darle crédito a la morena quien le había ayudado en parte a darse cuenta, aunque su método haya sido poco ortodoxo.

- Yo tampoco debí reaccionar de la forma en que lo hice - comentó agarrando nuevamente la botella. -No mentían al decir que este tipo de noticias cambian tu vida en todos los sentidos de la palabra, en un momento solo tienes en la cabeza tus propias preocupaciones y al otro...

In another life    **ZUTARA**Donde viven las historias. Descúbrelo ahora