In another life **ZUTARA**

Capítulo 25: Deberes de la Realeza

"A lo mejor yo no sé querer a nadie y no sé dejar que nadie me quiera a mi"

- Carlos Ruiz Zafón

El entrenamiento matutino de Zuko había llegado a su fin y ni siquiera se sentía cansado, apenas se había esforzado, Zen fue quien más batalla le dió mientras que Kumo prácticamente solo estaba ahí para recibir una paliza inmemorial.

- ¿Qué sucede en Kumo? -cuestiono Zuko. - Pareces un novato.

- Eso sucede cuando una mujer nos rompe el corazón -hablo Zen dramáticamente. - Tienen la capacidad de hacernos sentir especiales y experimentar una felicidad única con facilidad -suspiro poéticamente. - Pero con esa misma facilidad nos destruyen por completo.

- Cierra la boca Zen -replicó Kumu molesto y avergonzado.

- Pero eso hizo ¿No? -dijo confundido Zen.

Kumo no dijo nada solo miro al suelo con tristeza y decepción.

- No es para tanto Kumo -esta vez hablo Zuko. - A todos nos han rechazado, lo superaras.

- Espero que sea pronto, jamas me habia sentido tan agobiado.

- Mujeres, no se puede vivir con ella -comentó Zen divertido. - Pero tampoco vivir sin ellas.

Zuko comenzó a reír por la teatralidad de Zen, seguido del castaño y después el mismo Zen. Ese pequeño momento fue refrescante para el príncipe que realmente necesita distraerse y aunque fuese a costa de Kumo, lo agradecía un poco, al menos otro hombre comprendía por el pesar que él estaba atravesando.

Decidió quedarse un tiempo extra pues no se sentía cansado y necesitaba sacar toda esa energía de alguna manera, le pesaba reconocer que solo cuando se encontraba cansado físicamente lograba obtener un poco de paz mental.

La mañana pasó rápidamente y Kumo en verdad se veía afectado por el rechazo de esa chica, afortunadamente había pendientes que el castaño tenía que resolver. 

- Mi señor -saludo Kumo seriamente. - Ya me encargue de enviar los informes de las Colonias del Reino Tierra.

- Aprecio que realices el trabajo de Tara, temporalmente.

- Es un placer, señor -respondió formalmente. - Sin embargo de ser honesto, se extraña la presencia de Tara.

- Es un rayo de luz en este jardín llamado vida -dijo Zen feliz ganando una mirada extrañada por parte de los maestros fuego.

- Creo que estás enamorado de la idea del amor -solo Kumo con una ceja levantada.

Zen simplemente se encogió de hombros aceptando sin más la crítica de su mejor amigo.

- Por cierto mi señor -habló nuevamente Kumo. - El Señor del Fuego Ozai le envía esto -extendiendo una caja de plata. - Comentó que lo necesitaría esta noche.

Zuko tomó la caja entre sus manos, era ligera para ser de plata, tenía adornos de onix y grabados típicos de la Nación del Fuego. Se tensó casi de inmediato y después respiró profundo.

- Se pueden retirar -comento serio.

- Como ordene señor -hablaron los dos al unísono haciendo una reverencia. 

Sus guardias se retiraron dejando al príncipe Zuko en la privacidad de su despacho.

Una vez que estuvo solo abrió la fina caja de plata, a sabiendas de lo que contenía. Apretó fuertemente la mandíbula y exhaló con fuerza antes de finalmente ver el objeto.