"La muerte no nos roba a los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente "
-François Mauriac
Los rayos del sol apenas atravesaban las cortinas de seda y el príncipe hacía horas que estaba despierto, todo gracias a un sueño o más bien pesadilla, era su madre sosteniéndolo en brazos y diciéndole que jamás olvidara quien era.
¿Qué acaso no lo estaba cumpliendo? Finalmente había sido nombrado como sucesor al trono de la Nación del Fuego, ese había sido su destino desde que nació, al fin tenía todo lo que quería y se sentía tan infeliz, vacío y confundido...
Negó levemente y se cubrió la cara, quizá ese estupido sueño se debió a que era el aniversario de la desaparición de su madre. Cada año quería preguntarle a su padre que había sucedido en realidad ¿Dónde estaba su madre? Muerta quizá pero no era algo que le gustara pensar. La única realidad era su falta de valor para tantas cosas y dolía reconocerlo ¿En qué momento se había vuelto un cobarde? ¿Realmente a que le tenía miedo?
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la aparición de su séquito y en secreto lo agradecía, lo último que necesitaba era estar a solas con sus pensamientos, la verdad es que jamás le había agradado, solo le traía malos tragos.
- Su alteza, ¿Está despierto? -comentó la sirvienta sorprendida. - Buenos días, Príncipe Heredero Zuko
- Buenos días -saludó sin ánimo. - Avisen a mi tío que lo estaré esperando en el campo de entrenamiento, lo mismo para mí personal de confianza.
- Cómo ordene su alteza -comentó otra sirvienta saliendo de la habitación de inmediato. - Sus guardias personales le están esperando afuera, Tara ha estado en el campo de entrenamiento desde el amanecer - informo haciendo suspirar a Zuko.
La última vez que Tara se mostró afectuosa y cercana a él habían sido justo la última vez que le hizo el amor .
Y tal parecía que desde la fiesta de Aren, se habían alejado más de lo que le gustaría reconocer, ella ya no se encarga de atenderlo a menos que fuera algo muy importante, aunque bueno, los momentos a solas en la noche y en las mañanas habían quedado en el olvido desde hacía tiempo, quizá de eso él era responsable, de momento no tenía nada que ofrecerle y tampoco podía darle lo que ella pedía.
Sin más salió de la cama y se dirigió al baño, el agua helada cayó en su espalda y justo eso necesitaba para recordar que seguía vivo, apenas unos minutos duró su baño.
Finalmente llegó al campo de entrenamiento mientras su tío bebía su taza de té.
- Buenos días Príncipe Heredero Zuko -saludo gentilmente el ex General.
- Gracias por tu puntualidad tío.
- Es un placer guiar tus entrenamientos ¿Estás listo?
- Claro, veo que están ocupando la arena de entrenamiento. - exclamó al ver a Tara y a dos guardias más practicar cerca de ella- ¿Cuánto llevan así?
- No los corras, tenemos espacio suficiente y es uno de esos pocos días en los que Tara nos deslumbra con sus poderes - respondió dando el último sorbo a su té. - Las sirvientas dicen que Tara ya tenía listo el campo de entrenamiento , mucho antes del amanecer, creo que no pudo dormir y eso la tiene molesta.
- Entonces disfrutemos del espectáculo...
Zuko miró a la morena ser rodeada por Gia, Wang y tres guardias más, ella mantenía una postura defensiva pero conocía a Tara, era una fachada para que los demás bajarán la guardia.
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In another life **ZUTARA**
FanficLa Nación del Fuego finalmente gano la guerra. El Reino Tierra ha caído y solo una pequeña resistencia les hace frente a las atrocidades cometidas por los maestros fuego. Katara acepta ser un elemento infiltrado para asegurar el camino de Zuko como...